La evidencia de auditoría es la información utilizada por el auditor para alcanzar las conclusiones en las que basa su opinión, obtenida tanto de los estados financieros como de otra información.
En este caso de estudio exponemos algunos ejemplos de la información que no puede usarse como evidencia.
De acuerdo con las Normas Internacionales de Auditoría –NIA–, la evidencia es toda información utilizada por el auditor para alcanzar las conclusiones en las que basa su opinión. Esta evidencia se obtiene tanto de la información contenida en los registros contables de los que se obtienen los estados financieros como de otra información.
El párrafo 6 de la NIA 500 explica dentro de sus requerimientos que:
El auditor diseñará y aplicará procedimientos de auditoría que sean adecuados, teniendo en cuenta las circunstancias, con el fin de obtener evidencia de auditoría suficiente y adecuada
Ahora bien, obtener la evidencia de auditoría suficiente y adecuada no consiste en acumular información que no es analizada por el auditor ni obtenida con un fin especifico, dado que la evidencia debe proporcionarle al auditor una razonabilidad suficiente para emitir su opinión.
Al respecto, el Dr. Roberto Valencia, especialista en Estándares Internacionales, explica en el siguiente video qué información no debe considerarse evidencia de auditoría:
De acuerdo con el párrafo 9 de la NIA 500, el auditor al utilizar la información generada por la entidad evaluará si, para sus fines, dicha información es suficientemente fiable, lo que conllevará, según lo requieran las circunstancias, la obtención de evidencia de auditoría sobre la exactitud e integridad de la información y la evaluación de la información para determinar si es suficientemente precisa y detallada para los fines del auditor.
De acuerdo con lo anterior, deben tenerse en cuenta los fines planteados por el auditor para obtener la evidencia; por tanto, no constituyen evidencia de auditoría:
Es así como toda la información que no haya sido usada por el auditor para establecer conclusiones en las que pueda basar su opinión no constituye evidencia de auditoría. Aquellos documentos que no proporcionan información concluyente no pueden emplearse dentro de esta categoría.
Para comprender mejor estos aspectos, observemos estos ejemplos de información que no constituye evidencia de auditoría: