Para el Observatorio Fiscal de la Javeriana, los tres días sin IVA no suponen un alivio tributario sustancial para los ciudadanos.
Para Juan Manuel Galán, el IVA sobre bienes suntuarios debe ser diferenciado y mucho más alto.
Las devoluciones del IVA están acabando con la Dian, dice Alejandro Char.
El Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana le puso la lupa a las propuestas que han planteado sobre el IVA el precandidato de la Coalición Centro Esperanza por el Nuevo Liberalismo, Juan Manuel Galán, y el precandidato de la Coalición Equipo por Colombia, Alejandro Char.
Con el fin de detener la inflación y como medida transitoria Galán ha planteado reducir el IVA a la mitad por un período de 4 meses, así como la suspensión de “todos los aranceles a los insumos y a los bienes de consumo de las familias”.
El Observatorio indica que el país tiene experiencia reciente en materia de eliminación temporal –o transitoria– de este impuesto: los días sin IVA.
Cuando se conoció la propuesta de estas jornadas, el Observatorio Fiscal hizo un ejercicio: calcular el gasto que hacen los hogares en los productos que no tendrían este impuesto –desagregándolos por nivel de ingreso– para estimar la magnitud del posible ahorro, y esto concluyó:
Llegamos a la conclusión de que estas jornadas no suponen un alivio tributario sustancial para los ciudadanos. De hecho, incluso en un escenario en el cual los consumidores pueden usar de forma significativa este tipo de descuentos –como concentrar las compras de un mes en un solo día–, el recaudo de IVA disminuye en unos 660.000 millones de pesos al año.
Haciendo cuentas generales, reducir el IVA a la mitad durante cuatro meses implicaría dejar de recaudar cerca de 36 billones de pesos.
Adicionalmente, sería importante mirar en detalle el comportamiento de los precios al tratarse de una rebaja del impuesto durante un período relativamente extendido, y no en una sola jornada.
Por cuenta del revuelo que causó la propuesta, Galán explicó sus detalles. Señaló, por ejemplo, que su propuesta no consiste “en desmontar ni mucho menos eliminar” el impuesto, y afirmó: “Al revés, creo que el IVA sobre bienes suntuarios debe ser diferenciado y mucho más alto”.
Detalló que la reducción se efectuaría “en un grupo selecto de productos e insumos que impactan a consumidores y que inciden dramáticamente en la inflación”, en una movida similar “a la reducción temporal de aranceles para enfrentar la inflación”.
El objetivo es garantizar el bienestar de los más vulnerables, contrario a los días sin IVA de Duque, que favorecen solo a los comerciantes de ciertos productos no vitales, como los electrónicos, y no a la producción nacional ni a los más vulnerables.
Galán también detalló que se propone hacer “una gran transformación de la injusticia tributaria” que le permita al país pasar de una tributación recargada en los trabajadores formales y en la clase media (y que castiga la generación de empresa) a una que contribuya a la equidad de manera que los más ricos paguen más.
Por lo anterior, propone “eliminar exenciones que no crean empleos y engordan bolsillos de los más ricos”, crear un impuesto a la riqueza extrema y modernizar la tributación de la tierra y el catastro para que las tierras improductivas y lotes de engorde no generen inmensas fortunas.
Desde el punto de vista del Observatorio, más allá de las propuestas generales en materia de tributación del precandidato, conviene observar, en relación con el IVA, los potenciales efectos de la interrupción del recaudo durante períodos extendidos de tiempo.
Alejandro Char, por su parte, no propone la reducción temporal del IVA, sino su eliminación definitiva:
Sustituiremos el odioso IVA por un impuesto al consumo, como ya se ha hecho en el sector de bares y restaurantes. Con una tarifa mucho más baja, con mayor cobertura y mayor eficiencia para su recaudo.
Desde su punto de vista, las devoluciones del IVA están acabando con la Dian, y “un impuesto al consumo generalizado del 8 % con devolución solamente a los más pobres, simplifica recaudo y enfoca a la Dian en su labor de recaudar y auditar renta, no IVA”.
Al respecto, desde el Ministerio de Hacienda, Juan Sebastián Betancur, director general de Política Macroeconómica, dijo que esta propuesta se analizó en 2020: “Concluimos que reemplazar el IVA por impuesto al consumo perjudica el bienestar de los colombianos”, afirmó en su cuenta de Twitter.
Un impuesto sobre las ventas que solo grave el consumo final tiene un diseño menos eficiente y más vulnerable frente a la evasión que el del IVA. Esto se afirma en un documento técnico compartido por este funcionario:
Un impuesto al consumo que grave todas las transacciones entre empresas, gravaría sus insumos y distorsionaría fuertemente los procesos de producción y las decisiones de consumo, generando efectos perjudiciales sobre la actividad económica.
Para el Observatorio, todas las propuestas son bienvenidas; sin embargo, unas pueden resultar contraproducentes, mientras que otras parecen más orientadas por el deseo de agradar al electorado que por el conocimiento en materia tributaria.