Andrés Cortés Hernández, de Cuberos Cortés Gutiérrez Abogados afirma que Colombia debe cumplir los lineamientos y compromisos adquiridos con la OCDE, y una manera es discutiendo una reforma tributaria en el corto o mediano plazo. Considera prematuro analizar el impacto de la Ley de financiamiento.
Andrés Cortés Hernández, de Cuberos Cortés Gutiérrez Abogados afirma que Colombia debe cumplir los lineamientos y compromisos adquiridos con la OCDE, y una manera es discutiendo una reforma tributaria en el corto o mediano plazo. Considera prematuro analizar el impacto de la Ley de financiamiento.
Para Andrés Cortés Hernández, director asociado del departamento de derecho tributario y comercio exterior de Cuberos Cortés Gutiérrez Abogados, la necesidad de la Dian no solo es de estructura organizacional, sino de personal capacitado y eficiente que contribuya al correcto recaudo de impuestos.
El marco fiscal colombiano presentado por el ministro Carrasquilla parecería no visualizar, en sí mismo, una nueva reforma tributaria. No obstante, para quienes tenemos la posibilidad de estudiar los temas fiscales, sabemos que la adaptación al modelo OCDE implicará en el corto y mediano plazo la introducción de nuevas normas de carácter sustancial y procedimental, las cuales únicamente son posibles mediante reformas tributarias (estructurales o no), pero necesarias en cualquier escenario, a efectos cumplir lo lineamientos y compromisos adquiridos por Colombia.
Es prematuro realizar análisis sobre el impacto positivo o negativo de estas medidas a tan solo seis meses de su vigencia. No obstante, la factura electrónica traerá beneficios para la comercialización a todos los niveles, facilitando el comercio exterior y electrónico de bienes y servicios, siempre bajo el ejercicio del control fiscalizador de la Dian, con lo cual se cierra un poco más la brecha de la informalidad en Colombia.
En cuanto a la estructura de la Dian, muchos son los estudios que indican que la necesidad del fisco no es solo de estructura organizacional, sino de personal capacitado y eficiente que contribuya al justo y adecuado recaudo de impuestos, apoyado en una ética incorruptible.
Colombia, como todos los países de la región, es un país fiscalista, pero no por decisión, sino por exceso de infraestructura burocrática. Son pocas las empresas estatales y los activos o inversiones susceptibles de generar ingreso público; de suerte que los impuestos serán la mayor fuente para solventar los gastos en Colombia.
Por supuesto que lo es, y es ahí en donde las reformas tributarias prorecaudo no se harán esperar, no solo para cubrir el déficit, sino también para cumplirles a los calificadores y demás organizaciones internacionales en la transición al modelo de país, donde el recaudo debe tener origen en las personas naturales.
Considero que la premisa está invertida. Las metas fiscales proyectadas son las que enmarcaron el Plan Nacional de Desarrollo y el marco fiscal a mediano plazo, pues mal haría el Gobierno y su ministro al plantear el crecimiento del país sin los recursos necesarios.
Tanto el plan en cuestión como el marco conllevan normativas que optimizan el recaudo y el manejo fiscal, pero se supeditan a las metas fiscales que efectivamente se cumplan.