Cada año debe ser nombrado el Revisor Fiscal en las sociedades por parte de la Asamblea General o de la Junta de socios. Este nombramiento es un verdadero viacrucis el Revisor fiscal dado que -aunque hay sido responsable en períodos anteriores – en muchas ocasiones su permanencia se ve comprometida sin justificación alguna. Por esta […]
Cada año debe ser nombrado el Revisor Fiscal en las sociedades por parte de la Asamblea General o de la Junta de socios. Este nombramiento es un verdadero viacrucis el Revisor fiscal dado que -aunque hay sido responsable en períodos anteriores – en muchas ocasiones su permanencia se ve comprometida sin justificación alguna.
Por esta razón, muchos Revisores Fiscales se quejan, como lo atestiguan los cientos de correos que recibimos sobre el tema, pero en los cuales encontramos un denominador común: la falta de reflexión de nuestros colegas sobre las razones por las cuales esta posición es tan volátil.
Estas son las quejas más recurrentes:
Error. Esta afirmación parte de una premisa incorrecta: en los negocios, las lealtades están en sintonía directa con los beneficios que se generen en el transcurso de las relaciones. Como dicen los gringos: “it’s not personal.. just business” (no es personal… sólo son negocios).
En el momento que dejamos de agregar valor, nuestra contraparte pierde la argumentación para mantenerse leal. Y podríamos echarle la culpa con quejas sentimentales, pero la realidad (por dura que suene) es que es nuestra responsabilidad mantener al empresario contento con nuestra labor…
Ojo: no hay norma ni estatutos que establezcan que deba darse un aviso previo en el caso de la remoción del Revisor Fiscal. Ahora… el que sea por “debajo de cuerda” es una prerrogativa de quien tiene la sartén por el mango. Tampoco nos olvidemos que también existen elementos de confidencialidad o información privilegiada que se tiene por ser miembro de Junta directiva y que puede impedirles darnos aviso.
¿Qué hacer? Estar pendiente a las silenciosas alarmas que se nos prenden y a las cuales hacemos caso omiso. Por ejemplo, si hay algún descontento por algún informe, o se nos ha manifestado la cercanía a un miembro de la Junta de otro colega que también presta nuestros servicios. Hay muchas otras señales silenciosas que debemos aprender a escuchar.
Seamos realistas: somos cerca de 140.000 Contadores Públicos titulados, y las Revisorías Fiscales no llegan a ese número. Además, se tiene derecho a tener varias Y para completar, no hay un estándar establecido ni un ordenamiento de honorarios profesionales evite estas situaciones.
Una de las soluciones puede ser sentarnos a esperar a que se genere una Tabla de Honorarios única para nuestra profesión. Pero lamentamos aguar la fiesta: este estándar no está cerca.
¿Qué hacer? Primero, aceptar que aunque parezca falta de ética, el colega que pelea por nuestro puesto no está violando ninguna norma específica. Y volvemos al punto anterior: sólo con excelencia nos volvemos imprescindibles.
Deberían. Pero no lo hacen. Pedir (o exigir) esto es ignorar el derecho que asiste a los empresarios a escoger a su equipo de trabajo. Una cosa es que no sea elegante, pero es su derecho.
De nuevo (ya nos estamos volviendo repetitivos) la solución está en el mismo Contador. Si sus servicios son excepcionales, sus relaciones humanas sobresalientes y su good will evidente, los temores pueden disiparse.
Es el juego de la oferta y la demanda en nuestro sistema capitalista y es el poder de decisión que se tiene de retirarse o no aceptar la oferta que le hacen. Tanta necesidad tiene el que se retira como el que desea entrar a ocupar el cargo suyo.
En este mundo de alta competencia no se trata de cómo le suene a uno la situación sino cómo la asuma.
Algunas de las técnicas que usan los grandes profesionales para evitar que algún nombre sea considerado para reemplazarle son…
Después seguiremos con el análisis de las quejas de los Revisores Fiscales… pero mientras tanto, es importante dejar un mensaje claro: en una sociedad capitalista, la oferta y la demanda son la constante. Si sabemos que somos “prescindibles”, es hora de tener nuestra hoja de vida preparada para cuando nos toque salir a conseguir clientes. Si nos volvemos imprescindibles a punta de excelencia, no tendrá este tipo de problemas con la frecuencia que el mediocre resto del mundo.
El reto está planteado… ¿qué tipo de Revisor Fiscal escogerá ser?
Jose Hernando Zuluaga M.
CEO (Presidente y Fundador)
actualícese.com