He redactado esta reflexión para contadores, estudiantes, docentes y universidades sobre la profesion de contador público y su preparación.
Al haber incursionado hace ya algunos años en el campo de la contaduría pública, combinada con la docencia universitaria me surgen dos preguntas a las cuales yo mismo he querido suministrar una respuesta que más bien debe ser una reflexión para universidades, profesionales y estudiantes de contaduría pública.
Los contadores públicos están adquiriendo su grado profesional muchas veces sin haberse evaluado las competencias profesionales mínimas de conocimiento, solo con haber culminado el grupo de materias que la entidad otorgante del título le exige.
Es donde surge la primera pregunta ¿Mala o buena preparación?
Digamos que puede ser una respuesta amplia:
Buena en algunos aspectos generales, regular en otros y mala en otros.
Porqué?
Pueden existir varias causas:
Me surge como inquietud, porqué existen temas que en la universidad hoy en día no se tratan con la profundidad que se requiere, y cuando se tocan, el docente solo los coloca como trabajo de investigación porque tampoco él tiene dominio de ellos. Temas como:
Y hoy en día temas tan vitales como:
Y la excusa de todos los que mencioné al principio no puede ser que en la especialización se ven estos temas.
Qué pasará si un graduado además de no haber conocido en su pregrado lo esencial para ejercer la profesión, tampoco cuenta con los medios para tal especialización?
La segunda pregunta sería .O será inexperiencia del contador público?
Lógicamente también este factor puede contribuir, pero es un calificativo más fácil de cambiar si el profesional no ha ejercido, pero posee un gran número de conocimientos que si puede llevarlos a la práctica.
Considero que las universidades juegan un papel trascendental en la formación de los contadores públicos y no deben supeditarse a graduar estudiantes porque han llenado unos requisitos mínimos, sin haber evaluado antes sus capacidades técnicas que harán quedar bien el claustro educativo.
Además pienso que las últimas materias de contabilidad y tributaria sobre todo, deben ser dictadas a por especialistas que garanticen que el graduado es apto y lleva los conocimientos adecuados para ejercer tan digna profesión.
Las universidades tienen una gran responsabilidad en estos temas y como tal, deben asegurar que el graduado es apto para desempeñarse en el sector privado o público.
Los profesionales que hoy en día ejercen como contadores públicos deben evaluarse si de verdad cuentan con todas las competencias para desempeñar digna y responsablemente ante una sociedad que mantiene expectativa sobre la profesión y a diario juzga sus actuaciones.
Las especializaciones como su nombre lo dice, profundizan conocimientos que el profesional ya debió haber adquirido en la universidad en el pregrado correspondiente; son un avance en la vida profesional que ayuda a esclarecer temas y a dar mejor categoría, pero no puede convertirse en excusa para garantizar un buen desempeño al menos en los temas inmediatos que el contador público debe solucionar en la empresa.
Por último en esta reflexión, quiero que los contadores públicos, docentes y estudiantes, aunque no nos digamos, si pensemos la realidad de los que sabemos de la profesión y no se nos haga raro cuando un tema sea mencionado porque ni siquiera sabemos de qué nos están hablando.
PENSAMIENTO.
A un contador público le preguntaron sus jefes el porqué no tenía toda la información bien preparada si le habían asignado los auxiliares suficientes y además los recursos necesarios y respondió:
“NECESITO LA AYUDA DE UN CONTADOR PÚBLICO”.
Autor:
Gustavo Horacio Velásquez C.
E-mail: gustvel@gmail.com