En la preparación de estados financieros es necesario tener en cuenta el concepto de Materialidad. Los preparadores de dicha información, consciente o inconscientemente han hecho uso y aplicación de este concepto. Veamos algunos aspectos importantes en la aplicación de la materialidad en los estados financieros.
En la preparación de estados financieros es necesario tener en cuenta el concepto de materialidad; los preparadores de dicha información, consciente o inconscientemente, han hecho uso y aplicación de este. Veamos algunos aspectos importantes en la aplicación de la materialidad en los estados financieros.
La materialidad o importancia relativa se define en las Normas de Información Financiera como la capacidad que tienen los hechos económicos para influir en la toma de decisiones de los usuarios. Un hecho económico es material si tiene por sí solo, o en conjunto con otros hechos, la capacidad de influir en el proceso de toma de decisiones por parte de los usuarios.
Sin embargo, en ninguna parte de las normas se encuentran instrucciones claras sobre el cálculo y aplicación del concepto de materialidad, por lo cual se hace necesario aplicar el juicio profesional en este aspecto.
Una entidad compra una silla para su oficina presidencial, pues la que había se dañó. Esta silla tiene un costo de $900.000, debido a que tiene toda la tecnología disponible.
Una vez la silla llega a la entidad le entregan la factura de compra a Juan –el auxiliar contable–, quien debe reconocer esta transacción en el software de contabilidad, según las instrucciones impartidas por el contador, las cuales se basan en las políticas contables de la entidad.
Juan consultó las políticas contables y encontró lo siguiente:
“La entidad reconocerá como elementos de propiedad, planta y equipo los activos de naturaleza material (tangible), que se adquieran con el propósito de ser utilizados en la producción de bienes, prestación de servicios, para propósitos administrativos o para ser arrendados, siempre que su duración sea mayor a un año”.
De acuerdo con lo anterior, el auxiliar de contabilidad concluye que la silla cumple con la definición de propiedad, planta y equipo. Sin embargo, antes de proceder a su reconocimiento como tal, consulta el memorando de materialidad preparado por la administración para el año en curso, en el cual encuentra:
“La entidad reconocerá elementos de propiedad, planta y equipo siempre que tales elementos cumplan con la definición establecida en la política sobre el tema, y cuyo valor individual sea superior a $1.500.000. Cuando se hagan compras conjuntas de activos de la misma naturaleza, cuyo valor total supere el límite establecido en este párrafo, la administración determinará si reconoce tales elementos de manera conjunta en los estados financieros”.
Al evaluar esta indicación, Juan concluye que aunque la silla cumple la definición de propiedad, planta y equipo, no cumple con el valor establecido en el memorando de materialidad para su reconocimiento como activo, razón por la cual decide reconocer esta compra como un gasto.
Aplicando la misma política y el mismo límite de materialidad, supongamos que la entidad adquirió 20 sillas para todos sus funcionarios, con un valor total de $18.000.000.
En este caso, aunque cada silla tiene un valor individual que no supera el límite de materialidad establecido en el memorando anual, el valor agrupado de las 20 sillas sí lo supera. Además, dado que las sillas tienen características similares, Juan decide reconocerlas como activo en los estados financieros.
De tal manera cabe destacar que no es necesario reconocer silla por silla; bastará con reconocer un activo por el valor total para hacer la depreciación agrupada de todas las unidades adquiridas en conjunto.
Juan David Maya Herrera
Consultor
*Exclusivo para actualicese.co