Uno de los errores más comunes en la elaboración del balance de apertura a los Estándares Internacionales (ESFA) es la valoración de bienes muebles (y volverlos a depreciar), asunto innecesario y con una negativa relación costo-beneficio.
Memorando y modelo de política contable.
Uno de los errores más comunes en la elaboración del balance de apertura a los Estándares Internacionales (ESFA) es la valoración de bienes muebles (y volverlos a depreciar), asunto innecesario y con una negativa relación costo-beneficio, cuando las entidades multinacionales (incluyendo las que aplican el Estándar Internacional para Pymes) se concentran realmente en los bienes inmuebles (se anexa un ejemplo de política contable de bienes muebles que usan tales entidades).
Los bienes muebles totalmente depreciados no se reconocen nuevamente en el ESFA, aunque estén en uso, por razones de materialidad y costo-beneficio y porque la NIC 16, en su párrafo 79 b (y el Estándar Internacional para Pymes) indica que deben presentarse en una nota (no en el cuerpo del balance).
Un ejemplo es el Distrito Capital de Bogotá (NICSP) y muchas entidades privadas que pueden tener más de 120 mil bienes muebles entre computadores, mesas, sillas y un sinnúmero de artículos. Lo mismo ocurre con entidades del sector privado, como una universidad que tiene 27.000 alumnos ubicados en diferentes partes del país. Alguien les dijo que era «obligatorio» valorar este tipo de bienes; a una universidad le dijeron:
Debe recordarse que las características principales de los Estándares Internacionales, según el Marco Conceptual, son la representación fiel y la materialidad, con una restricción clara que es la relación costo-beneficio.
No hacer este análisis en bienes muebles y documentarlo en una política clara, implica para muchas entidades:
Todos estos errores y dificultades pueden evitarse si se toma en consideración la práctica de empresas multinacionales en el ESFA, consistente en no volver a valorar estos bienes total o parcialmente depreciados ni reconocerlos en su balance y controlarlos extracontablemente en algún tipo de aplicativo (si es del caso).
Centrarse en supuestas «obligaciones» y complicaciones es verdadero «terrorismo contable», cuando en realidad los Estándares son criterios que requieren el juicio profesional documentado.
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