Las personas que tienen deudas con entidades financieras cuentan con diversas alternativas para replantear sus pagos. Eso sí, tenga en cuenta que no es obligación de la entidad renegociarlas. Aquí le explicamos cuatro oportunidades que usted tiene para que su bolsillo no se vea tan afectado.
Las personas que tienen deudas con entidades financieras cuentan con diversas alternativas para replantear sus pagos. Eso sí, tenga en cuenta que no es obligación de la entidad renegociarlas. Aquí le explicamos cuatro oportunidades que usted tiene para que su bolsillo no se vea tan afectado.
Cuando una persona por alguna razón está pasando por una situación económica difícil que le impide cumplir con las obligaciones económicas que contrajo, lo mejor es actuar rápidamente. Antes de dejar de pagar, acérquese a su banco y plantéele la posibilidad de trabajar en la elaboración de un plan de pagos realista y que le dé el margen de maniobra necesario para continuar pagando las cuotas cumplidamente.
Existen alternativas que, de acuerdo a la situación de la persona y la decisión del banco, pueden ayudarle a replantear la forma de pago de la deuda y ponerse al día con la entidad. Veamos.
Asobancaria explica que con este método la persona puede enviar la deuda que tiene con un producto financiero a más plazos de los que ya tenía y dependiendo de la entidad, la tasa de interés del mismo puede subir, mantenerse o bajar. Para obtenerla, la persona debe acercarse a la entidad financiera, y –estando al día con su obligación– exponer al banco la situación por la que está pasando, para que este la considere y apruebe rediferirla.
Consiste en cambiar algunas de las condiciones del crédito adquirido, como por ejemplo el plazo y sistema de amortización, para de esta forma lograr una cuota más baja y cómoda de pagar. Con este método el banco le solicita que abone un monto de la deuda y el saldo lo ajusta a su posibilidad de pago, de acuerdo con sus fuentes de ingreso.
La tasa de interés de esta nueva deuda dependerá de los términos y condiciones que acuerde con la entidad financiera.
Esta modalidad toma las deudas que la persona posee con varios productos financieros, las unifica y las convierte en un solo crédito. La reestructuración de deudas tiene una condición especial y es que además de cambiar las condiciones en cuanto a plazo y tasa de interés, baja la calificación en las centrales de riesgo.
Consiste en trasladar un saldo parcial o total de una entidad financiera a otra que le puede ofrecer una mejor tasa de interés y extenderle el plazo del pago de sus obligaciones. Para solicitarla, la persona debe acercarse a una entidad financiera o en la misma donde está pendiente el saldo y manifestar su intención de que se ejecute este traslado.
Dependiendo de su actividad laboral, el interesado deberá cumplir con requisitos como presentar declaración de renta o RUT, extractos bancarios, registro en cámara de comercio y fotocopia de la cédula (caso de los independientes).
Existen algunas entidades financieras que manejan topes, pero por lo general la compra total o parcial de las deudas depende de su capacidad de pago.