La medición del clima organizacional es una herramienta vital en la gestión del talento humano. Sin embargo, requiere que se lleve a cabo de manera asertiva, objetiva y con un enfoque constructivo, para lograr el mejoramiento a partir de sus hallazgos.
La medición del clima organizacional es una herramienta vital en la gestión del talento humano. Sin embargo, requiere que se lleve a cabo de manera asertiva, objetiva y con un enfoque constructivo, para lograr el mejoramiento a partir de sus hallazgos.
La evaluación del clima organizacional le permite a la empresa valorar las fuentes de conflicto, estrés o insatisfacción que contribuyen al desarrollo de actitudes negativas frente a la organización. Además, dicha evaluación brinda las bases para la planeación e intervención orientadas al mejoramiento de la calidad de vida, la productividad del trabajo, la armonía en las relaciones interpersonales, el desarrollo de la eficiencia de la organización a corto, mediano o largo plazo y, finalmente, a la realización del seguimiento oportuno al desarrollo de la organización, previendo los problemas que podrían afectar la productividad o el ambiente laboral.
Tan importante se ha convertido el poder desenvolverse en un trabajo con un ambiente grato que, cuando no sucede, no existe dinero o beneficios suficientes que impidan que el profesional comience a buscar nuevos desafíos, perjudicando los planes de retención de talento que tenga la organización. De hecho, se ha planteado que, si no se cuenta con un buen clima laboral, se está condenado al fracaso empresarial.