Gabriel Gaitán, consejero del CTCP afirma que la contaduría pública es una de las profesiones que requieren mayor solidez y será una de las más solicitadas en el mundo. Dice que ya no es estática y rutinaria, sino que le ha dado paso a nuevos y mejores enfoques.
Gabriel Gaitán, consejero del CTCP afirma que la contaduría pública es una de las profesiones que requieren mayor solidez y será una de las más solicitadas en el mundo. Dice que ya no es estática y rutinaria, sino que le ha dado paso a nuevos y mejores enfoques.
Para Gabriel Gaitán León, contador público, consejero del CTCP y coordinador del Comité Técnico de Entidades Sin Ánimo de Lucro, muy pocos programas de contaduría pública de instituciones de educación superior en Colombia han emprendido en realidad un cambio. Para él, sería importante aplicar en los programas de contaduría los Estándares Internacionales de Educación y un proceso de selección del profesorado.
A un contador público que no sea amigo de las nuevas tecnologías le queda muy difícil encajar en un medio laboral marcado por esta tendencia. Para los contadores, uno de los mayores retos a la hora de adaptarse a entornos cambiantes es aprender a hacer un mejor y mayor uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones –TIC–, que de todas formas facilitan el acceso, emisión y tratamiento de la información, eje fundamental en la actualidad de toda actividad humana, como son transacciones electrónicas, redes sociales, geolocalización, video llamadas, e-commerce, música en línea, entre otras.
Para mí, ser tenedor de libros se ha convertido en una forma de tildar a algunos contadores que se han venido quedando en el ostracismo, por su falta de actualización permanente en lo nuevo de los marcos técnicos normativos actuales, en tecnología, en toma de decisiones, en formas más prácticas y eficientes de hacer las cosas y, en definitiva, por el desconocimiento del estatus que hoy por hoy debe tener un contador público, consistente en ser asesor de la alta gerencia.
Creo que el término no es “reinvención”, prefiero hablar de “adaptación al cambio”. Y en definitiva, sí ha cambiado su perfil, se ha actualizado y robustecido no solo con el aprendizaje y aplicación de Estándares Internacionales, sino también con el desarrollo de nuevas competencias que le permiten estar en constante evolución y crecimiento.
El paradigma de ver la profesión como algo estático y rutinario se rompió, para dar paso a nuevos y mejores enfoques, estatus y perspectivas que, gracias a las habilidades profesionales adquiridas y fortalecidas día a día, le permiten a la contaduría pública tener nuevos campos de acción.
Tenemos que dedicarnos a evolucionar constantemente, en respuesta a las necesidades de la sociedad y nuestro papel en la promoción de la transparencia, la responsabilidad, y la mejora en la calidad de la información, que son fundamentales para la eficiencia de los mercados financieros y para el desarrollo económico de nuestro país.
Por supuesto que sí. Antes, el trabajo del contador era visto de manera tradicional, realizando únicamente actividades en áreas contables, financieras, de auditoría, revisoría fiscal o tributaria, que ciertamente son indispensables para el correcto y adecuado funcionamiento de cualquier entidad, sin importar su tamaño o necesidades.
El contador de hoy ha desarrollado una serie de competencias como comunicación asertiva, fortalecimiento del liderazgo, actualización permanente, manejo de nuevas herramientas tecnológicas, trabajo en equipo, entre otras, que, sumados a los conocimientos y habilidades adquiridas con su experiencia, lo hacen un profesional integral y valioso para la sociedad. A lo anterior le podemos sumar las nuevas modalidades de hacer negocios y el conocimiento de los marcos técnicos normativos actuales, lo cual consigue que los contadores tengan un mayor campo de acción.
De acuerdo con el más reciente análisis realizado por el Foro Económico Mundial –FEM–, a 2020 el 35 % de las habilidades profesionales más demandadas en la mayoría de las ocupaciones cambiará. Teniendo claro que las áreas financiera y contable son las que más impactan el desarrollo y la competitividad de las naciones, fácilmente podemos destacar a la contaduría pública como una de las profesiones que requieren mayor solidez; definitivamente, será una de las más solicitadas en el mundo.
Considero que las habilidades profesionales que debe poseer un contador público, además de adquirir un profundo conocimiento en los marcos técnicos normativos actuales, son: resolución de problemas complejos, creatividad, capacidad de juicio y toma de decisiones, pensamiento crítico, coordinación, administración del talento, inteligencia emocional, orientación al servicio, conocimientos en el área comercial y, finalmente, flexibilidad cognitiva.
Pienso que muy pocos programas de contaduría pública de instituciones de educación superior –IES– en Colombia han emprendido en realidad el cambio. Podría decir que el papel puede con todo, ya que en la práctica seguimos viendo la enseñanza de nuestra disciplina de manera tradicional y hasta con base en los marcos técnicos normativos anteriores. Qué bueno sería que las IES consideren lo más pronto posible aplicar para sus programas de contaduría pública los Estándares Internacionales de Educación y un proceso de selección del profesorado, que confirme tanto la real vocación de maestros como el alto nivel de conocimientos y práctica en lo que van a enseñar.
Permanentemente, en todos los espacios académicos y profesionales posibles, reclamo que a los contadores públicos nos deben ver como una inversión y dejar de percibirnos como un gasto. El sitial al que numerosos colegas han llegado ha sido con esfuerzo, disciplina, dedicación y tesón. Todavía falta mucho para lograr ser considerados la mano derecha de quienes administran las entidades, pero sé que vamos por buen camino.
Enaltecer la profesión es un compromiso de todos. Debemos prepararnos, mejorar en aspectos personales y profesionales cada día, actuar ética y coherentemente, unirnos en las agremiaciones y fortalecernos como disciplina. Lo anterior permitirá el logro de objetivos favorables para toda la profesión, incluida la mejora de los honorarios por la prestación de sus servicios.