Con la Ley 1819 de 2016 se endureció el gravamen al tabaco, así el sector salud cuenta con más recaudo y el número de fumadores se ha reducido. Ahora, la Ley de financiamiento adoptó el cobro del IVA plurifásico tanto para bebidas azucaradas como para cervezas, con el objetivo de disuadir sobre su consumo.
Con la Ley 1819 de 2016 se endureció el gravamen al tabaco, así el sector salud cuenta con más recaudo y el número de fumadores se ha reducido. Ahora, la Ley de financiamiento adoptó el cobro del IVA plurifásico tanto para bebidas azucaradas como para cervezas, con el objetivo de disuadir sobre su consumo.
En su Informe Semanal, correspondiente al 4 de marzo de 2019, titulado Impuestos a los vicios y calidad de vida, la Anif destaca que durante los últimos 30 años el mundo ha adquirido mayor conciencia sobre la necesidad de tener una vida más saludable. «A su vez, las autoridades han ido afinando el arsenal tributario para apuntalar políticas públicas que induzcan a ello», indica la entidad. En particular, se han hecho grandes avances en disuadir a las personas sobre el consumo de tabaco y bebidas alcohólicas, a través de reforzar a nivel global los “impuestos saludables” durante las últimas dos décadas.
La Anif da su voto positivo de que tanto la administración Santos I-II (2010-2018) como la de Duque (2018-2022) también han adoptado políticas de impuestos saludables. En particular resalta las exitosas extensiones del IVA a su cadena productiva, y las sobretasas al tabaco y los licores. Más recientemente, la Ley 1943 de 2018 adoptó el denominado IVA plurifásico para las bebidas azucaradas y la cerveza. «La importancia de este tipo de impuestos radica precisamente en disuadir su consumo, el cual también encierra externalidades negativas», describe el informe.
La experiencia internacional ha demostrado los beneficios de estos gravámenes, replicando los logros históricos frente al tabaco y el alcohol. Los estudios destacan que aumentos en estos impuestos tienden a reducir el consumo de bebidas azucaradas; disminuir los casos de enfermedades crónicas cardiovasculares; reducir los casos de obesidad y generar importantes ahorros en los sistemas de salud.
En Colombia, el impuesto al consumo de cigarrillos y tabaco se introdujo con la Ley 223 de 1995, posteriormente fue endurecido al prohibir también la promoción, publicidad y patrocinio de estos productos, y finalmente se obligó a adicionar advertencias sanitarias en las cajetillas. Con la Ley 1819 de 2016 continuó el endurecimiento del gravamen al tabaco. Allí se elevó el impuesto específico de $700/cajetilla en 2016 a $1.400 – $2.100 entre 2017 y 2018 (garantizando incrementos a ritmos del 4 % real anual hacia futuro).
«Con esta última medida se ha generado un mayor recaudo tributario para el sector salud en el corto plazo, pasando de $0,6 a $0,9 billones en 2016-2017 y reducir el número de fumadores, estimándose su descenso de 3,3 a 2,8 millones entre 2016 y 2017», indica la Anif.
Las empresas que ofrecen cigarrillos, por su parte, argumentan en su defensa que el problema es que mayores tributos inducen al contrabando. La Anif muestra que estudios recientes indican que cerca del 25 % de la comercialización de cigarrillos y tabaco en el país se realizó de forma ilegal en 2018 (vs. 13 % en 2016). Cerca del 90 % de los consumidores de cigarrillo y tabaco ilegal los prefieren por su bajo precio, cifras que indican la urgencia de reforzar esta lucha anticontrabando, pues drena los recursos del Estado, pero, más grave aún, envenena de la misma forma los pulmones de los fumadores.
El primer intento por introducir un impuesto a las bebidas azucaradas en Colombia se dio con el proyecto de Ley 1819 de 2016, el cual buscó, fallidamente, aplicar un impuesto de $300/litro a este tipo de bebidas (aproximadamente un 20 % de su valor). Lastimosamente, la iniciativa no tuvo éxito por cuenta del fuerte cabildeo en favor de los intereses de la industria (aduciendo regresividad en el impuesto, lo cual ratifica que son los estratos más pobres los afectados por su consumo).
Se calcula que esta medida habría allegado recursos adicionales para el sector salud por cerca de 3 billones de pesos anuales. Pero, nuevamente, el argumento de fondo no son los mayores recursos para el Estado, sino la mejor salud de los colombianos.
«Afortunadamente, la Administración Duque sí logro lo que Santos II no había podido, al adoptar el cobro del IVA plurifásico a BA y también a las cervezas (Ley 1943 de 2018). Claramente el beneficio será la disuasión de su consumo y ya habrá otros productos interesados en promover el deporte y su patrocinio», indica la Anif.