Cuando un cliente comienza un proceso de reestructuración económica que involucra la negociación de pasivos, los acreedores deben realizar su propia medición, debido al deterioro de las cuentas por cobrar. La reestructuración de un cliente es indicio de deterioro en el valor de la cartera.
Cuando un cliente comienza un proceso de reestructuración económica que involucra la negociación de pasivos, los acreedores deben realizar su propia medición, debido al deterioro de las cuentas por cobrar. La reestructuración de un cliente es indicio de deterioro en el valor de la cartera.
Las cuentas por cobrar derivadas de la venta de mercancías, de la prestación de servicios o de contratos de mutuo deben medirse por el modelo del costo amortizado. Así lo establece la sección 11 del Estándar para Pymes.
Al cierre de cada período, para presentar los estados financieros, el párrafo 11.21 de la norma en cuestión establece que la entidad debe comprobar si el valor en libros de sus instrumentos financieros es recuperable.
En la medida en que el valor en libros de los instrumentos financieros no vaya a recuperarse, la entidad debe reconocer una pérdida por deterioro del valor.
Igualmente, el párrafo 22 menciona los sucesos que indican que un instrumento financiero ha visto deteriorado su valor. En su literal c) afirma que la reestructuración de un cliente es un indicio de que el instrumento se ha deteriorado.
La reestructuración de créditos normalmente incluye dos tipos de concesiones. Mientras el primer tipo está relacionado con el monto de la deuda, el segundo tiene que ver con el plazo para el pago y reconocimiento de los intereses.