Que los profesionales contables no se desarrollen en ambientes internacionales, y falta de modernización a la regulación contable son riesgos que tiene la profesión contable desde el punto de vista de varios decanos de facultades administrativas y de ciencias contables de universidades nacionales.
Que los profesionales contables no se desarrollen en ambientes internacionales, y falta de modernización a la regulación contable son riesgos que tiene la profesión contable desde el punto de vista de varios decanos de facultades administrativas y de ciencias contables de universidades nacionales.
En el artículo Así se ve la contaduría en Colombia desde los ojos de la academia de la publicación Destacarte del Instituto Nacional de Contadores Públicos –INCP– se habla sobre los riesgos que enfrenta la profesión contable.
Erik Rodríguez López, decano de la facultad de administración de la Universidad de los Andes destaca dos riesgos en particular: el primero, que se pierda la relevancia de la función estratégica del contador en las organizaciones, disminuyendo las posibilidades de desarrollo profesional; y segundo, que por culpa de una visión demasiado focalizada en la función de fiscalización local los futuros profesionales de la contaduría pública no se desarrollen en ambientes internacionales.
Para Hernando Bermúdez Gómez, profesor asociado del departamento de ciencias contables de la facultad de ciencias económicas y administrativas de la Universidad Javeriana, el grado de corrupción tan alto en el país y la debilidad en la formación de la mayoría de profesionales, en la que predomina el ejercicio operativo por encima del gerencial y estratégico, además de no contar con estudios técnicos sobre estos profesionales son otros aspectos que no se pueden pasar por alto.
Los contadores consideran que uno de los mayores problemas consiste en la regulación, que en parte requiere modernización, y que, además de ser excesiva, no siempre está en armonía con las competencias de los profesionales contables.
«Específicamente, se cuestiona la extensión de las obligaciones impuestas a los revisores fiscales y la falta de obligaciones expresas de los administradores respecto del gobierno de las entidades, especialmente respecto del control interno», puntualiza Bermúdez.
Para Bermúdez, más que riesgos, la profesión contable colombiana, al igual que en el resto del mundo, se encuentra ante diversos retos. Para él, y según publica Destacarte, “no se trata tanto de insuficiencias o factores de crisis, como de las consecuencias de la evolución de los negocios, que impacta directamente al quehacer contable”.
En cuanto a la revisoría fiscal, para Juan Manuel Guerrero, decano de la facultad de contaduría pública de la Universidad Externado de Colombia, hoy es una institución de mucho valor para el país, de la cual resalta que, en cuanto a ajustes requeridos, es prioritario legislar sobre las condiciones de conocimiento y experiencia de quienes la puedan ejercer, ya que ve más problemas en el perfil de quienes la ejercen, que en la institución en sí.
Por su parte, para Sandra Martínez Buitrago, decana del programa de contaduría pública de la Universidad Piloto de Colombia, esos ajustes sí deben suponer una modernización de su regulación y normatividad a la par de las realidades actuales, garantizando la independencia que debe caracterizar a contadores y revisores fiscales:
«La revisoría fiscal ha tenido unas funciones específicas desde 1935, y teniendo en cuenta que los revisores fiscales deben ser contadores públicos, hay una brecha entre el actuar del contador y las funciones atribuidas al revisor fiscal, lo que implica mayor posibilidad de materialización del riesgo en las actividades que realiza, aumentando la posibilidad de verse involucrado en situaciones que atenten contra su imagen y credibilidad», asegura Martínez Buitrago.
Rodríguez López sostiene en Destacarte que los cambios a la revisoría fiscal deben estar enfocados en darle mayor fuerza en la gobernanza de las organizaciones; que esta no sea una mera necesidad de cumplimiento normativo, sino que se transforme en uno de los ejes centrales, que permita dar mayor transparencia al actuar organizacional.