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Evaluación del incremento significativo de riesgo de crédito aplicando la NIIF 9

La medición del riesgo de crédito de las compañías debe reflejar las implicaciones del COVID-19 en la situación económica futura, a corto y mediano plazo.

Para el primer trimestre de 2020 no transcurrió tiempo suficiente para realizar la evaluación del incremento significativo de riesgo de crédito.

Fecha de publicación: 26 de agosto de 2020
Evaluación del incremento significativo de riesgo de crédito aplicando la NIIF 9
Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

La medición del riesgo de crédito de las compañías debe reflejar las implicaciones del COVID-19 en la situación económica futura, a corto y mediano plazo.

Para el primer trimestre de 2020 no transcurrió tiempo suficiente para realizar la evaluación del incremento significativo de riesgo de crédito.

Entre las medidas tomadas por parte de los gobiernos alrededor del mundo para mitigar la propagación del COVID-19 se ha visto la restricción de la movilidad de las personas, la cancelación de vuelos, el cierre de instituciones educativas, la cancelación de eventos masivos, así como el cierre de negocios de diversos sectores económicos.

Estas medidas han tenido un gran impacto en diferentes sectores de la economía que, como consecuencia, han generado una menor demanda de ciertos bienes y servicios, como el turismo, transporte, consumo y entretenimiento.

A su vez, las entidades financieras se han visto afectadas por la aplicación de las medidas de salvamento y alivios por parte del Gobierno a las pequeñas y medianas empresas, y en mayor medida a personas naturales, que involucran en muchas ocasiones diferimiento en pago de obligaciones crediticias y congelamiento de indicadores de morosidad.

De igual forma, los fondos de inversión y comisionistas de bolsa han tenido un impacto en la rentabilidad de sus inversiones, dada la caída acelerada de los mercados a nivel global y la gran desaceleración en la economía.

Debido al escenario anteriormente descrito, la medición del riesgo de crédito de las compañías debe reflejar las implicaciones del COVID-19 en la situación económica futura, a corto y mediano plazo, por medio de la estimación de la provisión en los estados financieros prospectivos, medidos a través de la aplicación de los lineamientos de la NIIF 9.

“Un elemento clave en la medición de la cantidad de pérdidas crediticias esperadas –ECL, por sus siglas en inglés– bajo el modelo general es la evaluación del incremento significativo de riesgo de crédito –ISRC–”

Eduardo Saavedra y Ramiro Bastidas, del equipo de PwC Colombia, presentan estrategias para brindar soportes objetivos a la estimación del deterioro requerido por la normativa en su informe NIIF 9 en el contexto de COVID-19: una mirada a las implicaciones del coronavirus en la medición de la provisión por deterioro.

¿Cómo identificar el incremento significativo del riesgo de crédito –ISRC–?

Un elemento clave en la medición de la cantidad de pérdidas crediticias esperadas –ECL, por sus siglas en inglés– bajo el modelo general es la evaluación del incremento significativo de riesgo de crédito –ISRC–, sobre las obligaciones de la cartera de una entidad y, por ende, la determinación de una provisión sobre un horizonte de 12 meses o lifetime.

En particular, para el primer trimestre de 2020, no ha transcurrido un período de tiempo suficiente desde la última evaluación previa a la identificación de la crisis, para realizar la medición del ISRC a través de variaciones entre los niveles de probabilidad de incumplimiento de pagos.

Luego, describe el informe: «un enfoque podría ser la evaluación colectiva del ISRC a través de factores cualitativos, bajo una agrupación de la cartera que tenga en cuenta aquellos clientes más vulnerables o propensos al default por la situación económica actual».

Otras medidas a considerar para la evaluación del ISRC

  • Determinar ejercicios de impacto en el valor de la provisión por deterioro, asumiendo que todas las obligaciones de etapa 1 son migradas a las etapas 2 o 3; o alternativamente, asumiendo que no existen movimientos de etapa 1 a las etapas 2 o 3.
  • Realizar una distinción entre los clientes afectados de forma significativa por la crisis y aquellos que no están siendo impactados en mayor medida.
  • Determinar ejercicios de impacto sobre los parámetros utilizados para el cálculo de la provisión bajo la normativa NIIF 9.
  • Análisis colectivo de los sectores económicos más vulnerables a la crisis económica, para estimar de forma más asertiva el ISRC previo a la materialización del mismo.

Información a considerar para la actualización de los parámetros

En las futuras actualizaciones de los parámetros para el cálculo de la provisión bajo la NIIF 9 se tendrán que definir los criterios de selección de la información considerada para la actualización de los parámetros, puesto que existirán datos atípicos de comportamiento en los meses donde se presenten los efectos de los alivios financieros o los picos de la crisis económica generados por el COVID-19.

Algunas medidas que pueden ser tenidas en cuenta para la definición o selección de los criterios son:

  • Seguimiento de indicadores del comportamiento de la cartera de obligaciones para determinar aquellos meses con datos atípicos generados por las medidas gubernamentales o por los picos de la crisis.
  • Seguimiento a las medidas tomadas por las entidades, en cuanto a los criterios de selección de la información a incluir en los futuros ejercicios de cálculo de la provisión bajo NIIF 9.
  • Revisión a la segmentación auxiliar generada para la evaluación del incremento significativo del riesgo de crédito –ISRC– durante los meses en los cuales se aplicó para la evaluación colectiva de este parámetro.
  • Ejercicios de sensibilidad de los parámetros para la inclusión de información de la cartera durante los períodos posteriores a los alivios financieros o medidas gubernamentales.

«Se espera que con las ideas presentadas en los párrafos anteriores, las entidades puedan realizar un análisis sobre el impacto que el COVID-19 tiene en la estimación de pérdidas esperadas y reflejar de una manera más adecuada su situación financiera en el contexto actual», indican los miembros de PwC Colombia.

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