Para la IFAC, se necesita por parte de los profesionales contables informes financieros de alta calidad.
La lucha contra la corrupción es una forma clave en la que la profesión contable sirve al interés público.
Los contadores tienen una ventaja única para generar confianza en los sistemas fiscales.
Para la IFAC, se necesita por parte de los profesionales contables informes financieros de alta calidad.
La lucha contra la corrupción es una forma clave en la que la profesión contable sirve al interés público.
Los contadores tienen una ventaja única para generar confianza en los sistemas fiscales.
El COVID-19 ha provocado que los Gobiernos tomen decisiones fiscales y políticas que apoyen tanto el bienestar de los ciudadanos como la prestación de servicios sostenibles en el futuro.
Operar sin una hoja de ruta sólida frente a fuertes deudas fiscales no es una opción.
La coyuntura ha causado un enorme gasto del sector público, es así como la rendición de cuentas se ha vuelto mucho más importante para el Gobierno y los ciudadanos.
La construcción de un sector público fuerte requiere la contribución de una amplia gama de partes interesadas. Desde el punto de vista de la IFAC, la profesión contable debe desempeñar un papel importante en este terreno. Así se afirma en el análisis G20 call to action: building public sector resilience must be part of pandemic recovery, publicado el 29 de septiembre de 2020.
«Los contadores del sector público trabajan todos los días para respaldar los sistemas que sustentan economías fuertes. En 2020, esto ha significado ayudar a gestionar los niveles sin precedentes de ayuda fiscal que se están desplegando a ciudadanos y empresas», indica la IFAC.
Estas son las acciones necesarias para lograr sectores públicos más resilientes y transparentes en todo el mundo.
La pandemia del COVID-19 tendrá un impacto profundo y duradero en las finanzas gubernamentales y, en consecuencia, en las economías.
Muchos Gobiernos han lanzado intervenciones fiscales sin precedentes para aliviar los impactos económicos del COVID-19.
Se necesitan, por parte de los profesionales contables, informes financieros de alta calidad basados en valores devengados no solo para brindar una imagen completa, sino también para producir mejor información para la toma de decisiones, mejorar la transparencia sobre cómo se utilizan los recursos públicos y brindar responsabilidad a los tomadores de decisiones.
La adopción e implementación de las Normas Internacionales de Contabilidad para el Sector Público es un paso fundamental que los Gobiernos pueden tomar para obtener una imagen completa de su desempeño y posicionamiento financiero.
«Nunca es demasiado tarde para que un país adopte prácticas contables de alta calidad. Para brindar apoyo inmediato, IFAC ha creado un proceso paso a paso y una herramienta de evaluación para ayudar a los Gobiernos a evaluar varios tipos de programas de intervención relacionados con COVID-19, lo que ayuda a mejorar la comprensión de los impactos en las finanzas públicas de las intervenciones realizadas hasta la fecha, así como a informar cualquier esfuerzo futuro», se afirma en el documento.
La información financiera pública de calidad, piedra angular de una gestión financiera pública sólida, respalda una toma de decisiones sólida. Así se informa la política del Gobierno y ayuda a que los servicios públicos sean más sostenibles y resistentes a largo plazo.
La pandemia ha provocado un aumento de los delitos financieros relacionados con el COVID-19, incluidos el fraude, el delito cibernético y la mala dirección o explotación de fondos gubernamentales o asistencia financiera internacional, lo que está creando nuevas fuentes de ingresos para los actores ilícitos.
«Los desafíos son muchos y el sector público corre un riesgo particular. Las entidades del sector público deben evaluar cuidadosamente los riesgos inherentes al entorno actual y fortalecer a su personal, procesos y sistemas para garantizar que la pandemia no se utilice para malversar recursos tan necesarios», explica la IFAC.
La lucha contra la corrupción es una forma clave en la que la profesión contable sirve al interés público. Hoy por hoy, los contadores pueden asesorar a los Gobiernos y otras instituciones sobre el diseño, implementación y operación de sistemas efectivos de control interno para rastrear e informar sobre el uso de fondos destinados a lidiar con el impacto de la pandemia del COVID-19.
«Aunque tiempos excepcionales requieren medidas excepcionales; no deben dar lugar a atajos en áreas clave. El fracaso en la lucha contra la corrupción y el blanqueo de dinero durante la pandemia afectará la capacidad de los países para reconstruir sus economías y, en última instancia, la confianza de los ciudadanos en los Gobiernos», se aclara en el documento.
El impacto del COVID-19 en la actividad económica mundial y el gasto público y, en consecuencia, en las finanzas públicas y en los ingresos fiscales es significativo. Las respuestas de política fiscal son fundamentales en el entorno actual y seguirán siendo fundamentales a medida que los Gobiernos busquen la recuperación económica.
La ley tributaria es compleja, sujeta a interpretación, y varía según la jurisdicción. Para garantizar sistemas tributarios confiables y sostenibles, todas las partes interesadas deben actuar de buena fe. Para la IFAC, es fundamental que los contribuyentes cumplan con una interpretación creíble de la ley y no se dediquen a la evasión fiscal.
Los contadores tienen una ventaja única a la hora de generar confianza en los sistemas fiscales. La IFAC indica que los ciudadanos de los países del G20 confían en los contadores más que en cualquier otro participante del sistema tributario, incluidos abogados, Gobiernos, ONG y medios de comunicación. Para mantener esta confianza, el trabajo realizado por los contadores debe conservar los más estrictos estándares de ética e integridad.