Con el posicionamiento del big data y la inteligencia artificial, entre otras herramientas, el análisis de grandes cantidades de información y su uso generan enormes oportunidades de crecimiento para las empresas.
No es un secreto que, entre las tendencias tecnológicas, el big data –BD–, la business intelligence –BI– y la inteligencia artificial –IA–, que son arquitecturas de TI complementarias, hacen parte del grupo que más se “roba miradas” por su aplicabilidad en infinidad de acciones industriales y del día a día de las personas.
Las grandes cantidades de datos abundan dentro de las organizaciones, pero no todas logran lo realmente importante: sacarles el valor para aprovecharlas, transformándolas y nutriendo los sistemas de las compañías; es decir, usarlas para una mejor toma de decisiones tácticas y estratégicas, donde uno de los elementos que asiste el proceso es la inteligencia artificial.
La IA transforma los resultados abstractos en información entendible, asiste en los cálculos matemáticos que se requieran, agiliza y optimiza las tareas diarias y –sobre todo– permite hacer un análisis prescriptivo más profundo, dando alternativas para encarar contextos de negocio complejos que superan la capacidad cognitiva humana y así obtener resultados en poco tiempo. Al hacerlo se llega a la business intelligence: es el poder de los datos, su análisis y uso en pro de generar enormes oportunidades de crecimiento para las empresas.
La business intelligence es un conjunto de aplicaciones o instrumentos digitales creados para ayudar y favorecer la comprensión de la inteligencia de negocio para el correcto análisis y la presentación de datos. Esto permitirá mayor velocidad para planificar, analizar o crear informes, con información más detallada para tomar decisiones que favorecen los negocios y aumentan la satisfacción de los empleados y clientes.
Cuando se tienen los sistemas correctos, las organizaciones tienen la capacidad y profundidad de análisis de información desde diferentes fuentes, ya sean internas o externas.
Otra de las ventajas son las proyecciones y pronósticos a futuro, basados en la información; establecer mecanismos de fidelización de clientes al detectar sus motivaciones y sus necesidades reales; ofrecer nuevos productos y portafolio; abrir nuevas vías de comunicación con los clientes; y tener un alto impacto en las decisiones empresariales.
Es importante destacar que hay todo un conjunto de tecnologías que permiten alcanzar todos los beneficios nombrados anteriormente; entre ellas:
Como toda implementación, hay retos por superar. Uno de ellos es identificar e incorporar toda la información histórica y útil almacenada en las respectivas bases de datos, además del desafío de tener la capacidad de relacionar, analizar y mostrar de manera correcta todos los datos extraídos sobre los cuales se consolidarán las estrategias.
Todo proceso de transformación digital comienza cuando las organizaciones son capaces de poner a disposición los datos y ejecutar analítica sobre la mayor cantidad de datos relevantes para su negocio. Por eso, se desarrollaron plataformas capaces de orientar e implementar, junto a las organizaciones, soluciones eficientes con el uso intensivo de herramientas de analítica y big data, haciendo énfasis en el proceso de captura y en poner a disposición los datos, todo esto para satisfacer los exigentes desafíos que la revolución digital impone a los distintos mercados, haciéndolos cada vez más competitivos, ágiles y eficientes.
Rubén Castrillón
VP de Plataformas en SONDA.