Para Jorge Enrique Espitia, la devolución del IVA es muestra de la inadecuada capacidad gubernamental para lograr una oportuna aplicación de medidas para hogares vulnerables.
El IVA para toda la canasta familiar aumentaría la proporción de hogares en pobreza extrema y reduciría los de clase media.
Para Jorge Enrique Espitia, la devolución del IVA es muestra de la inadecuada capacidad gubernamental para lograr una oportuna aplicación de medidas para hogares vulnerables.
El IVA para toda la canasta familiar aumentaría la proporción de hogares en pobreza extrema y reduciría los de clase media.
Jorge Enrique Espitia, profesor de la Universidad Nacional de Colombia y de la Escuela Colombiana de Ingeniería, y articulista en periódicos digitales en temas de hacienda pública, afirma en diálogo con Actualícese que, en medio del debate tributario que se presenta hoy por hoy en el país, hay que buscar estrategias para que las empresas paguen impuestos justos.
«Se debería gravar al 1 % y al uno por mil (1 x 1000) de las personas más ricas para que nuestro sistema tributario sea más simple, equitativo, redistributivo, eficiente y permita obtener los recursos necesarios para proveerle los bienes públicos necesarios y complementarios a los ciudadanos y a las empresas», manifiesta.
Frente a las ideas que han surgido para eliminar los días sin IVA y el GMF, para él, el sistema financiero y las personas naturales que tienen tarjetas de crédito o de débito son quienes se benefician de estas dos alternativas.
«Se puede quitar el GMF si se logran eliminar los beneficios tributarios de las personas naturales y las jurídicas, así como reducirles a las empresas la tarifa nominal del 33 % al 25 %, y se consolida el impuesto al patrimonio para personas y empresas», explica.
Espitia describe que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Presupuesto de Hogares 2016-2017, el gasto total mensual de las unidades de gasto alcanzó 27,4 billones de pesos mensuales (328,8 billones de pesos al año).
Dicho gasto estuvo distribuido, fundamentalmente, en los siguientes elementos: alimentos y bebidas no alcohólicas (4,4 billones de pesos mensuales, equivalentes al 15,9 % del gasto total); alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles (7,9 billones de pesos mensuales, 28,7 % del gasto total); bienes y servicios diversos (5,0 billones de pesos mensuales, 18,3 %); y transporte (2,6 billones de pesos mensuales, 9,5 %), entre otros.
Con base en lo anterior, universalizar la tarifa del IVA del 19 % a la canasta familiar de bienes y servicios generaría un recaudo de aproximadamente 62 billones de pesos al año (6,2 % del PIB).
La distribución del IVA del 19 % a toda la canasta familiar a nivel de las clases sociales muestra cómo el recaudo se concentraría, fundamentalmente, en los hogares de la clase media (44 %), seguidos por los vulnerables (26 %), los hogares en pobreza (19 %) y, finalmente, los de la clase alta (11 %), destacándose cómo el peso del IVA sobre el ingreso representaría el 24,4 % para los hogares en pobreza.
«Mientras que para los hogares ricos sería de tan sólo el 10,8 % y mucho menos para el subdecil de los hogares más ricos de la clase alta para los que el IVA a la canasta familiar tan sólo representaría el 7,3 % de su ingreso», aclara.
Se estima que un IVA universal del 19 % para todos los bienes y servicios reconfiguraría de manera profunda la estructura de las clases sociales, con un aumento de la proporción de hogares en pobreza extrema, pobreza y vulnerabilidad y una reducción de la de hogares de clase media, en la medida en que:
«Lo anterior conduciría a un inaceptable empobrecimiento y agudización de la vulnerabilidad de amplios grupos poblacionales, de por sí muy agravados con el COVID-19, consecuente con un aumento del índice Gini de concentración del ingreso de un 0,5438 antes del impuesto IVA a 0,5705 después del impuesto IVA a toda la canasta básica para toda la población», opina.
Espitia reconoce que organismos internacionales y círculos de expertos han recomendado que, con la ampliación de la base gravable del IVA a bienes y servicios de la canasta familiar, se implanten medidas de compensación (créditos fiscales, devolución del IVA, entre otros) focalizadas en hogares pobres y vulnerables.
Sobre la medida adoptada de la devolución del IVA, en medio de la pandemia, la cual solo alcanza a cubrir un millón de hogares pobres (apenas un 23,3 % de los hogares pobres en 2019), constituye una muestra de la inadecuada capacidad gubernamental para lograr una oportuna e integral aplicación de medidas compensatorias a los hogares pobres y vulnerables, los cuales se verán claramente afectados con la universalización del IVA.
«En economías altamente informales y precarias hay una alta asimetría entre la imposición tributaria a la canasta familiar con la efectividad de las compensaciones para las clases pobre y vulnerable, por ejemplo», explica.
Así pues, la universalización de la tarifa del 19 % a toda la canasta familiar tiene impactos sociales importantes sobre la redistribución del ingreso como sobre la pobreza.
«La debilidad institucional hace imposible que el Gobierno nacional les devuelva el IVA a todos, los nuevos y viejos, hogares en pobreza», concluye.