Uno de los problemas que sí venía afrontando nuestro país antes de la presencia del COVID-19 es el tema del déficit fiscal; este ya había sido afectado por presupuestos irresponsables realizados en períodos anteriores con precios del barril de petróleo por encima de 100 dólares.
Definitivamente la historia de la evolución económica de Colombia y del mundo en las últimas décadas se debe partir en dos, una antes y otra muy diferente después de la pandemia que inició en China y golpeó severamente a todos los continentes en el globo terráqueo.
Antes de la pandemia, por efecto en gran parte de la firma del acuerdo de paz entre el Estado colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia –FARC–, se venía presentado un muy buen desempeño económico que hacía pensar a los analistas en cifras de crecimiento del PIB colombiano por encima del 3 %; es que Colombia ha mostrado un desempeño económico superior al de algunos países de la región; de hecho, en los últimos años venía registrando una mejor evolución del producto interno bruto, una tasa de inflación controlada y un buen manejo del servicio de la deuda.
Pero uno de los problemas que sí venía afrontando nuestro país antes de la presencia del COVID-19 es el tema del déficit fiscal; este ya había sido afectado por presupuestos irresponsables realizados en periodos anteriores, con precios del barril de petróleo por encima de 100 dólares, a parte de la afectación que también dejó la crisis subprime del 2008 en Estados Unidos y ahora el severo impacto que generó, por un lado, la pandemia y, por el otro, el estallido social que ha deteriorado la economía de una forma exponencial en los últimos meses.
Los anteriores factores ocasionaron el actual nivel de déficit fiscal sufrido hoy día en nuestro país, el cual está obligando al Ministerio de Hacienda y Crédito Público a realizar la tan polémica reforma tributaria que pretende cubrir, entre otros, los errores de tiempos anteriores, con un mayor nivel de impuestos sobre todo para las clases más altas.
Lo anterior, de cara a las calificadoras internacionales de riesgo, firmas que verifican todo lo concerniente a la metodología de cálculo del riesgo país y que deben emitir una nota de calificación, explica por qué tenemos algunas posibilidades a favor de mantener el grado de inversión y otras en contra; de hecho, estas posiciones obedecen al análisis sobre el perfil crediticio, la recuperación económica, la consolidación fiscal y la trayectoria de la deuda pública de un país.
En el escenario descrito en los últimos días, la calificadora de riesgo Standar & Poor´s tomó la decisión de desmejorar la nota de calificación para Colombia, hecho que afecta notoriamente el mercado de capitales y la situación económica en general de la Nación. Por esta razón se ha emprendido una nueva propuesta por parte del Gobierno que pretende ser socializada con todas las instancias y sectores del país para lograr un consenso, de manera que finalmente esta importante reforma se pueda llevar a cabo y aliviar la situación fiscal y económica de Colombia.
Helber Mauricio Monroy Pedraza
Tomado de Contrapartida – De Computationis Jure Opiniones
Número 5938, junio 28 de 2021