En esta conferencia, Flor Esther Salazar explica que cuando se crearon los fondos privados de pensiones se dijo que la competencia entre las administradoras reduciría los costos para los asegurados; los usuarios tendrían libertad para elegir el fondo que cobrara las comisiones más bajas y esto redundaría en una mejor pensión. Pero pasó todo lo […]
En esta conferencia, Flor Esther Salazar explica que cuando se crearon los fondos privados de pensiones se dijo que la competencia entre las administradoras reduciría los costos para los asegurados; los usuarios tendrían libertad para elegir el fondo que cobrara las comisiones más bajas y esto redundaría en una mejor pensión.
Pero pasó todo lo contrario: hoy, la competencia entre los fondos es casi nula y los afiliados tienen que asumir altos costos, entre ellos:
Una comisión por los servicios que presta la aseguradora de fondos de pensiones (AFP), que corresponde al 7,5 % del aporte; una prima de seguros previsionales que se paga a una compañía de seguros y corresponde al 11,25 % del aporte; y un aporte para la garantía de pensión mínima, que corresponde al 9,375 % del aporte.
Al final, a la cuenta del afiliado ingresa apenas el 72 % de su aporte, sin contar los costos que se causan en periodos cesantes (cuando el trabajador suspende temporalmente sus aportes), el costo de trasladarse a otra AFP y los costos admisibles u ocultos de los procesos de inversión de fondos.
Sin embargo, los costos antes mencionados corresponden solo a la etapa de aportes. No obstante, otros costos adicionales deben cubrirse en el momento de la jubilación. Los cuales no están regulados y las Aseguradoras los adoptan arbitrariamente en la expedición de rentas vitalicias.
Salazar es Contadora Pública, Magíster y doctorado en Ciencias Económicas con PhD en economía. Docente universitaria, actualmente profesora de tiempo Completo de la Universidad Nacional. Con experiencia profesional en áreas como las ciencias sociales, economía y negocios y ciencias políticas.