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Activos biológicos: ¿corrientes o no corrientes?

Algunas entidades mantienen activos biológicos en sus estados financieros. La sección 4 de NIIF para pymes establece que los activos se presentarán como corrientes y no corrientes, a menos que una clasificación por orden de liquidez sea más relevante. Analicemos algunos aspectos relacionados con la clasificación de los activos biológicos

Fecha de publicación: 12 de agosto de 2015
Activos biológicos: ¿corrientes o no corrientes?
Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Algunas entidades mantienen activos biológicos en sus estados financieros. La sección 4 de NIIF para pymes establece que los activos se presentarán como corrientes y no corrientes, a menos que una clasificación por orden de liquidez sea más relevante. Analicemos algunos aspectos relacionados con la clasificación de los activos biológicos.

En primer lugar, es necesario tener claro el concepto de activos biológicos. De acuerdo con la sección 34 de la NIIF para pymes, un activo biológico es un animal vivo o una planta.

Pero la entidad reconocerá estos activos según la Sección 34 siempre que estén involucrados en una actividad agrícola.

Por actividad agrícola se entiende la gestión, por parte de la administración, en el crecimiento y transformación de los activos biológicos, con miras a su venta, procreación, o para producir otros activos biológicos.

“Solo se reconocerán como activos biológicos aquellos que se tengan para procrear, para levantarlos y venderlos, o para transformarlos en otros activos biológicos”

De acuerdo con lo anterior, una entidad dedicada a cultivar la tierra con el fin de vender las cosechas, está inmersa en una actividad agrícola, y sus cultivos se consideran activos biológicos. De igual forma, una entidad dedicada a la cría y levante de animales para su posterior venta, aplicará la Sección 34 en el reconocimiento medición de estos activos.

Solo se reconocerán como activos biológicos aquellos que se tengan para procrear, para levantarlos y venderlos, o para transformarlos en otros activos biológicos. Por lo anterior, los caballos utilizados por el ganadero para actividades de ganadería, no se consideran activos biológicos, pues no se mantienen para transformarlos y venderlos, sino para utilizarlos en labores de ganadería; por tal motivo, los caballos se reconocerán como propiedad, planta y equipo.

A la hora de presentar los estados financieros, ¿los activos biológicos se consideran corrientes o no corrientes?

Para resolver este interrogante es necesario remitirse a la Sección 4 de la NIIF para pymes, la cual establece, en el párrafo 4.5 las condiciones para que un activo sea considerado corriente, a saber:

a. Se espera realizarlo o consumirlo en su ciclo normal de operación.

b. Se mantiene principalmente con fines de negociación.

c. Se espera realizar el activo dentro de los doce (12) meses siguientes a la fecha del reporte.

d. Se trata de efectivo o equivalentes al efectivo, a menos que no pueda ser usado por la entidad para adquirir activos o liquidar pasivos en un transcurso de doce (12) meses a partir de la fecha sobre la que se informa.

Al aplicar estos criterios de evaluación a los activos biológicos, se pueden presentar varios escenarios, veamos algunos:

Caso 1. Una entidad cultiva hortalizas, el ciclo de duración del cultivo desde la preparación del terreno hasta la cosecha es de 6 meses. Una vez recogida la cosecha, el valor razonable del cultivo es insignificante.

En este caso, dada la corta duración del cultivo, y que este no sobrevive a la primera cosecha, el activo se presenta como corriente en el ESF.

Caso 2. Una entidad se dedica al cultivo de maracuyá. La entidad espera obtener entre cuatro y seis cosechas del cultivo, antes de tener que renovarlo. Cada cosecha se demora 6 meses en estar lista.

La entidad presentará el cultivo como no corriente a lo largo de su vida productiva. Los frutos que se recojan y estén en existencias a la fecha de cierre, serán tratados como activo corriente, pues se espera venderlos en corto tiempo.

Caso 3. Una entidad mantiene varios galpones con 100.000 gallinas ponedoras. Las gallinas tienen una vida de entre 155 y 170 semanas, desde que inician su levante, hasta que alcanzan el final de su vida productiva, momento en el cual son vendidas a un comercializador para sacrificio y posterior venta.

Aunque las gallinas tienen una duración mayor a un año, la entidad las reconocerá como activo corriente, dado que, una vez alcanzan el final de su vida productiva, son destinadas a la venta en el ciclo ordinario del negocio.

Juan David Maya
Consultor NIIF

*Exclusivo para actualicese.co

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