Los ingresos, de acuerdo con el párrafo 2.25 del Estándar para Pymes, se dividen en ingresos de actividades ordinarias y en ganancias. La norma define y clasifica los ingresos de actividades ordinarias. Aquellos ingresos que no cumplan la definición se reconocen como ganancias.
Los ingresos, de acuerdo con el párrafo 2.25 del Estándar para Pymes, se dividen en ingresos de actividades ordinarias y en ganancias. La norma define y clasifica los ingresos de actividades ordinarias. Aquellos ingresos que no cumplan la definición se reconocen como ganancias.
Los ingresos se definen en el párrafo 2.23 literal a) del Estándar para Pymes como:
“incrementos en los beneficios económicos, producidos a lo largo del período sobre el que se informa, en forma de entradas o incrementos de valor de los activos, o bien, como decrementos de las obligaciones, que dan como resultado aumentos en el patrimonio, distintas de las relacionadas con las aportaciones de inversores de patrimonio”.
El párrafo 2.25 de la misma norma establece que los ingresos se dividen en ingresos de actividades ordinarias y en ganancias. Los ingresos de actividades ordinarias provienen de actividades desarrolladas en el giro ordinario de los negocios, y se presentan en diversas formas, tales como venta de bienes, prestación de servicios, intereses, regalías, dividendos, entre otros.
[pq]Cuando se habla de actividades ordinarias no debe entenderse que haya una limitación al objeto social registrado por la entidad en sus estatutos, o en el registro único tributario –RUT–[/pq], sino que debe considerarse cualquier tipo de actividad que la entidad realice de manera repetitiva, presupuestada y que sea importante en la operación de la entidad.
Adicionalmente, el párrafo 23.1 literal d) establece que cualquier ingreso derivado del uso por parte de terceros, de activos de la entidad, debe considerarse también un ingreso ordinario.
A su turno, el párrafo 23.2 también nos otorga una amplia lista de otros tipos de ingresos que, aunque son ordinarios, no están en el alcance de la sección 23, sino en otras secciones, tales como:
“a. Acuerdos de arrendamiento (véase la sección 20 – Arrendamientos).
b. Dividendos y otros ingresos que surgen de inversiones contabilizadas por el método de la participación (véase la sección 14 – Inversiones en asociadas y la sección 15 – Inversiones en negocios conjuntos).
c. Cambios en el valor razonable de activos financieros y pasivos financieros, o su disposición (véase la Sección 11 – Instrumentos financieros básicos y la Sección 12 – Otros temas relacionados con los instrumentos financieros).
d. Cambios en el valor razonable de propiedades de inversión (véase la Sección 16 – Propiedades de inversión).
e. Reconocimiento inicial y cambios en el valor razonable de los activos biológicos relacionados con la actividad agrícola (véase la sección 34 – Actividades especiales).
f. Reconocimiento inicial de productos agrícolas (véase la Sección 34)”.
De acuerdo con lo anterior, todo ingreso repetitivo, presupuestado y relevante suele cumplir con la definición de ingresos de actividades ordinarias.
[pq]Las ganancias por su parte, suelen ser ingresos que se presentan de manera inesperada, no suelen repetirse de un período a otro, ni suelen ser comparables con ingresos de períodos anteriores[/pq]. Además las ganancias no son presupuestadas, no se incluyen generalmente en la evaluación del desempeño de la administración, ni se tienen en cuenta para proyecciones de crecimiento y utilidades futuras.
Las ganancias suelen provenir, por ejemplo, de la disposición de propiedades, planta y equipo al final de su vida útil; indemnizaciones provenientes de aseguradoras (cuando superan el valor de las pérdidas); y otros ingresos de cuantía inmaterial.
Aunque los Estándares Internacionales no requieren estas clasificaciones, es claro que tampoco las prohíbe. De hecho, el párrafo 5.9 de la Norma para Pymes establece que “una entidad presentará partidas adicionales, encabezamientos y subtotales en el estado del resultado integral (y en el estado de resultados, si se presenta), cuando esta presentación sea relevante para comprender el rendimiento financiero de la entidad”.
De acuerdo con lo anterior, la entidad podría seguir presentando sus ingresos ordinarios como operacionales y no operacionales, siempre que queden suficientemente separados de las ganancias, entendiendo que los ingresos operacionales son los principales, los más importantes, mientras que los no operacionales son ingresos secundarios, aunque sean ingresos de actividades ordinarias.
CP. Juan David Maya Herrera
Consultor de Estándares Internacionales de Información Financiera
Certificación Internacional por el ICAEW en IFRS Full (NIIF Plenas)
*Exclusivo para Actualícese