Los trabajos de los departamentos financieros, contables y de impuestos de las compañías parecieran no tener final. Para llegar a una asamblea hay que elaborar mil reportes a los socios, a entidades de control y a la misma DIAN.
En Colombia hay obligaciones tributarias locales, que van desde los tributos departamentales y municipales, más conocidos como impuestos territoriales, que incluyen vehículos, estampillas, Industria y Comercio, predial, para solo citar algunos, que a diario generan traumatismos a los negocios.
Siguiendo la línea de tratar acerca del futuro de la profesión de la Contaduría Pública en nuestro país y tomando como referencia algunas frases y planteamientos que efectuó el Dr. Luis Alonso Colmenares con motivo del lanzamiento de la nueva imagen de la firma Uribe y Asociados Consultores, en Cali y en el Club de Ejecutivos (marzo 10 del 2016), referentes a los retos de la profesión
En el mes del Contador Público una noticia nos empañó el festejo: la dolorosa muerte de Luis Alfredo Caicedo Ancines, contador público, socio director y fundador de la firma Baker Tilly International para Colombia, revisor fiscal de Cafesalud y quien era el encargado de entregar el informe financiero y contable luego de que esta entidad acogiera a más de 4,6 millones de afiliados de la desaparecida Saludcoop.
Es evidente que las normas internacionales de contabilidad, de información financiera y de aseguramiento de información, responden a una concepción capitalista de los mercados, sometidos a fuertes procesos de globalización. Ignorar esto es perder de vista el andamiaje que ilumina la contabilidad y el aseguramiento que se afianza a través del siglo XX.
La segregación de funciones es una de las principales actividades de control interno destinada a prevenir o reducir el riesgo de errores o irregularidades, y en especial el fraude interno en las organizaciones. Su objetivo es asegurar que un individuo no pueda llevar a cabo todas las fases de una operación, desde su autorización, pasando por la custodia de activos y el mantenimiento de los registros maestros necesarios.
Durante años la sociedad ha considerado que la Contaduría Pública es una profesión aburrida, cuadriculada, agotadora, estricta y con pocos descansos, algunas veces intensos con la documentación, con los requisitos de las facturas, fechas de pagos, impuestos, etc. Desafortunadamente todas estas percepciones son reales.
Cuando revisamos el tema de las retenciones a favor de los contribuyentes como un área de riesgo que muchas veces minimizamos los auditores, se nos convierten en un dolor de cabeza las conciliaciones normalmente tardías de partidas que siempre resultan de cuantías bastante altas; del otro lado del balance y del análisis están las retenciones practicadas a proveedores.
Digámoslo de una vez: Las buenas empresas son impensables sin contadores. Pero no porque tuvieren quien atienda requerimientos de las autoridades gubernamentales, sino porque ellos son los que aseguran que se reúna la mejor información pertinente para tomar decisiones sostenibles.
Durante los tres primeros meses del año los conjuntos residenciales, condominios, urbanizaciones y centros comerciales están realizando sus asambleas anuales de copropietarios; sin embargo, a pesar de ser una conducta habitual, aún se presentan errores durante estas.