La inclusión y los servicios financieros deben ser facilitadores para que todos los miembros de la sociedad accedan a servicios necesarios para mejorar su calidad de vida.
Además, se deben diseñar soluciones financieras incluyentes para que la tecnología no acentúe las diferencias de la sociedad.
Algunos empleadores asumen que por pagar un sueldo tienen el poder de interferir en la independencia de los profesionales contables. Por ello, estos últimos deben evitar involucrarse en situaciones que presenten riesgos contra su objetividad, mientras que los primeros deberían ser penalizados.
Las fuerzas del modelo se enfocaron, primero, en hacer que todos usemos los bancos. Ahora quieren capacitarnos en economía y finanzas. Lo desafortunado es que aumentarán las posiciones egoístas, en virtud de las cuales una persona prefiere ganar más que ser solidaria con los demás.
Hoy está establecido que junto al salario hay otros elementos de satisfacción para los empleados. Por ello se suele hablar más ampliamente, por ejemplo, de beneficios. La política respecto de la gestión del recurso humano puede ser muy importante si es justa y estimulante.
Conscientes de la importancia del ahorro durante la pandemia, el Banco Caja Social menciona algunas alternativas a propósito del adelanto de la prima de fin de año, con el objetivo de que no se malgaste el dinero y se use de manera inteligente.
En una sociedad como la nuestra, donde las sociedades de capitales (y las figuras asociadas a ella, como la revisoría fiscal) están llamadas a su desuso, a su extinción o, por lo menos, a su modificación, vale la pena repensar el sentido de la empresa y, por ende, de su contabilidad.
Muchas escuelas contables no estudian a fondo la importancia de los informes corporativos, la rendición de cuentas de los administradores, el informe de gestión y de los documentos que le deben acompañar, entre los que se encuentran los estados financieros. Lo que enseñan es a preparar formatos.
Con seguridad, lo que unos aplaudan otros reprobarán. Triste realidad de una profesión dividida por el odio, que no sabe estimular lo bueno y rechazar lo malo. Lo que es claro es que la profesión o cambia o desaparece, porque otros asumirán su tarea con conceptos y procesos de avanzada.
El menor nivel de escolaridad de la población, producto de la deserción, puede reducir la acumulación de capital humano, aumentar la pobreza e incrementar el malestar social, reduciendo así el bienestar y el crecimiento económico.
Aunque la revisoría fiscal se visualizó durante un tiempo como un órgano social, hoy se considera una institución, porque trabaja en interés del público y porque solo así puede satisfacer las exigencias de independencia que repetidamente aparecen en nuestras leyes.