Aunque hechos como esta pandemia no hubiesen podido ser detectados por ningún estándar de riesgo, de haberse proyectado al menos una reducción en las ventas se habría podido alertar a las empresas. Los contadores deberíamos ser capaces de proyectar los estados financieros para advertir estos riesgos.
“El ojo del amo engorda la vaca”. Siempre que se crea una situación de responsabilización podemos esperar un mayor cumplimiento de quien tiene una obligación; es un efecto innegable de la revisoría fiscal, del que abusan las autoridades, exigiendo que los auditores fiscalicen toda clase de deberes.
Un factor esencial en todos los trabajos es la felicidad por el ejercicio profesional. No hay felicidad sino cuando se tiene un comportamiento conforme a la moral, a la ética. Hay que tener claro por qué haremos algo, no sirve comprender la justificación de lo que hicimos.
Pensando en el futuro de los negocios, empresarios deben enfocarse en sus clientes, adaptando la empresa en factores alrededor de los empleados. Contratarlos con la actitud correcta, que sean felices, y enfocarse en mejorar sus aptitudes, que entiendan la visión y misión del negocio.
Un daño colateral del COVID-19 y de sus remedios será la negación de los efectos de los sistemas de beneficios tributarios de reciente creación en Colombia, a saber: el de la zona económica y social especial –Zese–, el régimen simple de tributación y las rentas exentas de la llamada economía naranja.
En el marco de la nueva emergencia económica, social y ecológica declarada en el territorio nacional a través del Decreto 637 de 2020, el Gobierno expidió el Decreto legislativo 639 de 2020, mediante el cual creó el Programa de Apoyo al Empleo Formal –Paef–. Lo anterior, en aras de proteger el empleo formal del país.
El Decreto 639 de 2020 da un beneficio o subsidio para el pago de la nómina a las personas jurídicas, olvidándose del 71,27 % de las personas naturales formalizadas que seguramente podrán garantizar que están pagando la Pila y que, en términos de equidad y justicia, tendrían igual derecho.
Es importante que se cree un régimen de estímulos fiscales que les permita a las empresas desarrollar su actividad filantrópica y que estimule la creación de sociedades de beneficio e interés colectivo –BIC–.
Si el Gobierno no imparte una instrucción infranqueable a los bancos para colocar estos recursos en la economía, habrá de responder patrimonialmente por el daño antijurídico que le sea causado a los empresarios.
Estamos en una época de cambios, de incertidumbre sobre el futuro, de apretarnos el cinturón, de no saber qué camino tomar. En las pymes la situación es más sensible: el análisis y la orientación de un asesor financiero son fundamentales para orientar la toma de decisiones.