El peor de los males que le han ocurrido a la profesión contable colombiana ha sido que un grupo pequeñísimo haya resuelto dirigir sus discursos hacia cuestiones socioeconómicas, en lugar de centrarse en la propia disciplina.
Es mi deber pronunciarme sobre la posibilidad de que quienes trabajamos como independientes «tengamos» que generarles las facturas a algunos clientes, a los que asesoramos en contabilidad, tributación, nómina, costos y Estándares Internacionales cuando estos no cuentan con un software contable.
La academia en su énfasis debe cambiar de la mano de la tecnología. El blockchain, los robots y la inteligencia artificial, entre otros aspectos del escenario tecnológico, están cambiando la profesión y hay que aprender a acoplarse.
La gestión que realizan los administradores y el servicio obtenido por quien gestiona los proyectos y el proceso contable de la misma pueden llevarla al éxito o al fracaso. En esta opinión, a manera de relato, Hernando Bermúdez Gómez menciona cómo sería el mundo empresarial soñado.
Los contadores públicos se preocupan cuando se habla del sistema sancionatorio en materia tributaria. Algunas sanciones pueden terminar como solo administrativas, pero las que más les generan temor a los contadores son aquellas incluidas dentro de alguno de los tipos del Código Penal.
En la implementación de la NIIF 16 es común la discusión sobre el plazo en los contratos de arrendamiento. El arrendatario debería considerar las opciones de renovación unilaterales; si el arrendador tiene la posibilidad de negarse a renovar el contrato, la determinación del plazo del mismo no debería incluir futuras renovaciones.
La inflación es un fenómeno complejo, mucho más que un índice. Se ha dicho que es el peor impuesto que recae sobre los pobres, lo que es cierto, aunque no se esté frente a la hiperinflación.
El registro contable de una capitalización en dinero de una sociedad extranjera a una colombiana exige calcular la diferencia en cambio generada por la comparación entre la tarifa al momento del reconocimiento inicial de la operación y la tasa negociada con el Intermediario al momento de la monetización de dichos recursos.
Sabemos de la existencia de varias entidades que son de naturaleza pública, pero que se vienen comportando como privadas, y los contadores ignoran el derecho público de la nación, la contabilidad y el presupuesto gubernamental; por tanto, no advierten esta situación.
No efectuar una adecuada planeación del cierre contable, especialmente al final del año, conlleva a errores tanto en la declaración de impuestos como en los estados financieros finales, con sanciones altas por improvisar en la realización de actividades para su correcta preparación y elaboración.