Una entidad realiza anticipos a sus proveedores con el propósito de asegurar la entrega de determinada mercancía o servicio. Para la entidad que realiza el desembolso se debe aclarar el reconocimiento contable a seguir que permita reflejar la realidad financiera de la transacción.
Una entidad realiza anticipos a sus proveedores con el propósito de asegurar la entrega de determinada mercancía o servicio. Para la entidad que realiza el desembolso se debe aclarar el reconocimiento contable a seguir que permita reflejar la realidad financiera de la transacción.
A continuación, daremos respuesta a la siguiente inquietud: ¿Cómo se contabilizan los anticipos según los Estándares Internacionales, dado que existen varios criterios en el mercado que pueden generar confusión?
Para resolver esta pregunta iniciamos mencionando que los Estándares Internacionales no impiden reconocer como un activo el dinero que una entidad entrega a sus proveedores por concepto de anticipo, cuando realiza el desembolso con anterioridad al momento en que recibirá la mercancía o el servicio negociado. Así lo menciona el párrafo 18.16 del Estándar para Pymes.
En este sentido, debe aclararse que los anticipos son activos porque representan el derecho de la entidad que los desembolsa de recibir el producto o servicio pactado, tal como se mencionó anteriormente; de ahí que se consideren cuentas por cobrar no financieras, porque no se espera recibir otro instrumento financiero, sino que son un derecho de cobro.
Para contabilizarlos correctamente deben llevarse a una cuenta del activo, que puede denominarse “anticipos a proveedores”, o de la forma en que decida identificarla la entidad contra la correspondiente cuenta de caja o banco, así:
Cuenta |
Débito |
Crédito |
Anticipo a proveedores |
XXX |
|
Caja o Bancos |
|
XXX |
De acuerdo con Juan Fernando Mejía, consultor de Estándares Internacionales y sus efectos tributarios, no es correcto registrar el anticipo en cada una de las cuentas a las que pertenezca el activo (por ejemplo: si el anticipo se realiza para comprar un elemento de la propiedad, planta y equipo, reconocerlo inmediatamente como tal) o directamente al gasto, como sugieren en ocasiones algunos asesores, puesto que esto genera inconvenientes en cuanto a la depreciación o la toma de gastos deducibles que después serán rechazados por la Dian.