Existen muchos beneficios para las personas naturales que manejen correctamente sus tarjetas de crédito.
En este editorial comentamos cuáles son algunos de dichos beneficios, al igual que suministramos algunos consejos que ayuden a evitar los problemas de sobreendeudamiento que a veces experimentan quienes las utilizan.
Son muchas las empresas y personas naturales que pueden dar fe de que en el mundo actual, quién no tiene experiencia con los créditos, es una empresa o persona a la que el logro de sus metas económicas se le termina retrasando más de lo de normal. Es decir, para crecer más rápido, es conveniente tener créditos bien manejados con las entidades financieras pues ellas son un buen punto de apalancamiento.
Y una de las modalidades de crédito que facilita mucho la vida de las personas naturales pues les ayuda a alcanzar muchas de sus metas de crecimiento económico es la que se otorga mediante el uso de “tarjetas de crédito” . ¿En qué consisten dichos mecanismos de crédito, cuáles son sus ventajas y como se puede dar un uso inteligente a los mismos? Pasemos a dar respuesta a estos interrogantes (nota: si se quiere consultar cuales son las ventajas de que una empresa persona jurídica utilice una tarjeta de crédito, consulta nuestro anterior editorial: “ Comprando con tarjetas de crédito se mejoran los flujos de efectivo y los trámites tributarios” )
En la práctica, contar con una tarjeta de crédito significa contar con un “préstamo preaprobado” pues el cupo de endeudamiento que se le otorga al titular de la tarjeta lo podrá utilizar en el momento en que lo necesite. Por ejemplo, nadie está exonerado de que se le averíe el carro o la casa, y por tanto, en vez de salir a pedirle prestado a un familiar, lo que podrá hacer es comprar los repuestos del carro, o los materiales para la casa, en un almacén que acepte como medio de pago las tarjetas de crédito
Y lo más interesante, al momento de usar ese “préstamo preaprobado”, el dueño de la tarjeta es quién decide a cuantas cuotas de plazo hará el pago de la parte utilizada (plazos que pueden ser de 1 hasta 24 cuotas iguales mensuales; si se utiliza el software de computador conocido como “Excel”, allí se puede utilizar la siguiente formula para conocer cual sería el valor de la cuota mensual para un determinado consumo: =PAGO(Tasa de interés mensual; Cantidad de cuotas a las que se pagará la deuda; Valor total de la deuda). Por ejemplo, un consumo de $100.000, para pagarlo en 10 cuotas y con una tasa mensual de 1,9%, indicaría que la cuota mensual será de $11.074)
El negocio para los bancos que emiten las tarjetas de crédito es que tales bancos le cobran al establecimiento de comercio que reciba las tarjetas una comisión, a veces hasta del 6%, calculada sobre el valor de la venta antes de IVA. Y al mismo tiempo, al dueño de la tarjeta le cobrará un valor conocido como “cuota de manejo”, el cual es de cerca de $21.000 trimestrales en la mayoría de los bancos, y también le cobrará los intereses de financiación sobre los consumos que realice mensualmente pero solo si el consumo que realizó lo piensa pagar en más de 1 cuota
Es decir, que si el consumo realizado se piensa pagar en una sola cuota, el mismo no generaría los intereses de financiación (la tasa para calcular dicha financiación está hoy día en alrededor del 29% nominal anual, la cual es mucho más económica que la que cobran los señores conocidos como “gota gota”, la cual ronda el 60% nominal anual…)
Lo interesante de usar la tarjeta de crédito, y de pagarla oportunamente, es que una vez que se cancela el valor adeudado, ese mismo valor puede volver a ser reutilizado , es decir, se puede volver a contar con el cupo nuevamente para futuras necesidades sin necesidad de autorizaciones o aprobaciones previas. Esa ventaja no la tienen los prestamos corrientes en los cuales, una vez que se cancela la deuda, se tendrían que volver a tramitar papeles en el caso de volver a tener una necesidad financiera.
Incluso, si luego de haberse programado para pagar un determinado consumo en varias cuotas, sucede que la persona dueña de la tarjeta cuenta con un “dinerito extra” (porque recibió la prima legal de servicios en la empresa, o por que vendió un activo fijo, etc), la persona puede hacer abonos extraordinarios a la deuda que tenga con su tarjeta de crédito y con eso se ahorra los intereses que hubiera pagado en todas las demás cuotas restantes que ya no pagaría.
Además, la mayoría de las bancos emisores de las tarjetas, si ven que el usuario de la tarjeta fue cumplido en el pago de sus mensualidades a lo largo de todo un año, entonces les hacen un aumento automático de dicho cupo con lo cual se puede tener más capacidad de compra para enfrentar los futuros planes de inversión o las futuras emergencias en las que se necesite y se pueda usar la tarjeta.
Incluso, la mayoría de los bancos, por el solo hecho de usar la tarjeta, le otorgan al dueño de la misma una serie de “puntos” calculados en función de los consumos que haya realizado durante el mes (por ejemplo, por cada consumo equivalente a 1 dolar, hoy día casi $2.000, entonces le otorgan 1 punto) los cuales al acumularse se pueden cambiar por ciertos premios (como tiquetes aéreos, u objetos de uso personal)
Incluso, teniendo una buena referencia financiera por el uso y pago oportuno de la tarjeta, la persona podrá tener más oportunidades de que en el futuro le sea aprobado un crédito más importante, tal como por ejemplo un crédito hipotecario para adquisición de vivienda.
Y por si fuera poco, desde enero de 2004 está vigente en Colombia la norma contenida en el articulo 850-1 del ET la cual indica que toda persona natural, al usar su tarjeta de crédito o su tarjeta débito, tiene derecho a que le sea reintegrado, en el extracto mensual de su tarjeta, un equivalente a 2 puntos del IVA que haya pagado en compras de bienes o servicios que estén gravados al 16% o al 10%.
Por tanto, si se hace una compra de un bien que cueste $100.000 más IVA del 16%, la compra total sería de $116.000. Pero a la persona natural solo le cobrarán en el extracto un valor de $114.000, pues los otros $2.000 (2 puntos de la tarifa del 16) se los regala la DIAN (se los restan en el extracto…)
Claro está, la razón para que la DIAN haga ese “regalito” esta en el hecho de que si las personas naturales se animan a usar sus tarjetas de crédito (ya sea para consumos de ellas mismas o que la presten para los consumos de sus familiares que no tienen tarjetas), entonces, al final del año, y según lo indica el art. 594-3 del ET , si esos consumos con tarjetas de crédito superan los 2.800 UVT (en el año 2007 eso sería: 2.800 x $20.974= $58.727.200), entonces la persona natural, por ese solo hecho, estaría obligada a presentar declaración de renta (por el año gravable 2006, cuyas declaraciones se estan venciendo durante el presente mes de agosto de 2007, ese tope fue de $55.740.000; consulta nuestro producto “ Declaración de renta 2006 de personas naturales ”)
Con la sola compra de las remesas mensualmente se pueden aprovechar muchos de los beneficios que otorgan las tarjetas de crédito
Por tanto, si se quieren sacar al mismo tiempo las tres ventajas que antes mencionamos (aumento del cupo al final de un año, acumulación de puntos convertibles en premios, y hasta rebaja en la tarifa general del IVA cuando las compras traen IVA), una manera inteligente de lograrlo es haciendo ese consumo que es inevitable para toda persona todos los meses, a saber: la compra de la remesa, pero haciéndolo con la tarjeta de crédito y colocando dicho consumo a 1 cuota.
Al hacerlo de esa manera, lo que se logra es que en vez de usar el efectivo para pagarle al supermercado donde se hace la compra de la remesa, lo que se hace es usar dicho efectivo pero para pagarle al banco emisor de la tarjeta de crédito cuando dicho banco mande el extracto, extracto que se manda una sola vez al mes.
Y como el consumo es puesto a solo una cuota, entonces no genera intereses de financiación. Y una vez que se hace por primera vez, y sabiendo que la remesa se acaba todos los meses, la siguiente remesa se volvería a pagar con la tarjeta de crédito para que de esa forma quede establecido un ciclo de “usar la tarjeta” y “pagarle a la tarjeta”.
Por último, es conveniente tener presente los siguientes consejos para que a la persona no termine “saliéndose de las manos” el uso de su tarjeta de crédito y terminen teniendo un grave problema financiero:
1. Procure usar la tarjeta de crédito solo para hacer “inversiones” y no para hacer “gastos”. Es decir, procure usar la tarjeta para comprar una nevera, o un computador portátil, o los muebles, pero no para comprar comida en restaurantes, perfumes o viajes. Cuando se compran bienes, esos bienes se pueden vender y usar el dinero para acabar de pagar la tarjeta. Pero cuando se consumé en ropa o viajes, no se tienen bienes que respalden la deuda con la tarjeta.
2. Trate de no hacer varias compras al mismo tiempo, sino que procure planificarlas según la capacidad de pago (ingresos) que usted tenga cada mes (consulta nuestra herramienta: “modelo para proyectar el flujo de ingresos y gastos personales de un contador ”). De esa forma, cuando acabe de pagar uno de los consumos de la tarjeta puesto a varias cuotas, podrá entonces hacer la siguiente compra que también diferiría a varias cuotas y podrá pagar más cómodamente.
3. Si se considera un comprador compulsivo, mantenga entonces la tarjeta de crédito guardada en un lugar reservado de su casa y sáquela solo cuando haya pensando previamente en cual será la inversión que piensa realizar o para cuando se le presente la emergencia que necesitó atender .