Muchas organizaciones buscan prevenir el fraude desde una perspectiva reactiva y defensiva. En Colombia, solo la mitad de las compañías realiza evaluaciones de riesgo en áreas críticas para prevenir el soborno y la corrupción, mientras menos de la mitad las hace para prevenir el cibercrimen.
Muchas organizaciones buscan prevenir el fraude desde una perspectiva reactiva y defensiva. En Colombia, solo la mitad de las compañías realiza evaluaciones de riesgo en áreas críticas para prevenir el soborno y la corrupción, mientras menos de la mitad las hace para prevenir el cibercrimen.
La Encuesta global sobre fraude y delitos económicos de 2018 de la consultora PwC identifica cuatro pasos en la lucha contra el fraude. El primero de ellos es reconocerlo cuando se ve, y a continuación profundizaremos un poco. Este año, el 39 % de los entrevistados colombianos indicaron que sus empresas han sido víctimas de algún delito económico, siete puntos por encima de lo reportado en la encuesta realizada hace dos años.
“Este aumento se puede explicar debido a la combinación de la creciente conciencia global sobre el fraude, un mayor número de respuestas a las encuestas, así como una mayor claridad sobre el significado real de «fraude»”, afirma la encuesta. Pero cada organización, sin importar los controles y medidas implementadas, es vulnerable a los puntos ciegos y, debido a que estos puntos por lo general solo son evidentes cuando algún riesgo se materializa, el identificarlos lo antes posible puede optimizar sustancialmente los esfuerzos para combatir cualquier delito económico, como el fraude.
Por lo anterior, en Colombia el número de empresas que invierte en la lucha contra el fraude se ha incrementado. El 38 % de los encuestados dijo que las empresas habían aumentado la inversión para combatir delitos económicos en los últimos dos años, mientras el 47 % expresó que planean aumentar el gasto en los próximos dos años.
Y aunque se ha incrementado el gasto, muchas organizaciones todavía abordan la prevención del fraude desde una perspectiva reactiva y defensiva, lo cual se refleja en algunos resultados de la encuesta:
Sin embargo, desde el punto de vista de PwC las reglas de juego están cambiando: la tolerancia pública frente a la mala conducta corporativa y/o personal se está desvaneciendo. No solo la sensibilidad sobre la mala conducta corporativa se encuentra en la mirada de muchos, sino que algunas corporaciones y sus líderes también están siendo llamados a rendir cuentas sobre sus conductas pasadas.
Los ejecutivos, por su parte, afirman que la confianza y el liderazgo son las dos amenazas más significativas para el crecimiento empresarial. Esto conlleva a un mayor riesgo cuando el fraude o el delito económico se filtra a la opinión pública y a una mayor necesidad para que las organizaciones tomen el liderazgo en la prevención del fraude antes de que este se arraigue. Las evaluaciones de riesgo de fraude pueden ayudar a las organizaciones en esta tarea, identificando los fraudes específicos que deben buscar de acuerdo al perfil de su organización. Lo anterior es de gran relevancia, además, si se tiene en cuenta que en casos de acciones legales los reguladores tienen en cuenta este tipo de evaluaciones como un punto a favor de las compañías.