Vivir refunfuñando por las deficiencias de la administración nacional, con la tributaria a la cabeza, es un ingrediente que, al juntarse con el desgano por pagar impuestos, produce un sentimiento adverso respecto de los contadores públicos; esto a su vez se traduce en bajos honorarios.
Este puede ser el pensamiento de muchos:
―El fin del cuasi monopolio de los cuatro grandes también podría abrir la puerta a empresas más pequeñas y ágiles para capitalizar aún más, y la creciente demanda de consultoría en torno a acuerdos significa que quienes buscan un servicio más personalizado en muchos casos buscarán proveedores pequeños.
―Puedo ver que 2021 será un gran año para las fusiones, adquisiciones y otros tipos de acuerdos, ya que una gran cantidad de incertidumbre se desvanece desde el COVID-19 y el Brexit ―dijo Biggs.
―Además, este año ha permitido que las firmas más pequeñas compitan de una manera que había sido difícil en el pasado ―agregó.
―No hay más ventajas para una oficina masiva en Canary Wharf cuando todos trabajan desde casa y ahora esos gastos generales parecen un exceso innecesario para los clientes que comparan sus opciones ―explicó Biggs.
―Además, a medida que las empresas buscan evitar conflictos de intereses reales o percibidos, se puede ver un gran cambio en las empresas más pequeñas.
―Es fácil perderse en un mar de grandes clientes si su empresa no es una cuenta clave, pero cuando se trabaja con prácticas contables más pequeñas sus necesidades se priorizan sin importar cuán grande sea. Esto se ha vuelto más importante a lo largo de la pandemia y continuará mucho más allá ―concluyó Biggs.”
(Tomado de LexisNexis 26 de mayo de 2021 fuente Cityam.com).
En Colombia muchos dicen que estamos como estamos por culpa del monopolio. A lo largo de las décadas hemos comprobado que no hay un monopolio del mercado sino un oligopolio de un sector del mercado: el de las empresas más grandes del país, que no pasan del 1 % del total. Algunos empresarios contables se quejan de que no pueden participar en las licitaciones o concursos de esas grandes empresas porque los respectivos pliegos se lo impiden. Podría plantearse que así se hace para evitar que las firmas medianas o pequeñas concursen o podría considerarse que simplemente los grandes trabajan con los grandes.
En todo caso, no es verdad que por dicho oligopolio la profesión contable colombiana esté como está.
Lo que tenemos es un gran empresariado, 99 % de oportunidades para ofrecerles y prestarles mejores servicios que verdaderamente ayuden a lograr un exitoso desempeño sostenible.
Lo que sucede es que vivir refunfuñando por las deficiencias de la administración nacional, con la tributaria a la cabeza, es un ingrediente que, al juntarse con el desgano por pagar impuestos, produce un sentimiento adverso respecto de los contadores públicos; esto a su vez se traduce en bajos honorarios.
Mientras los contadores no agreguen valor, produzcan desarrollo, orienten hacia mejores comportamientos y hagan más agradable y tranquila la vida de los empresarios, no habrá mejoramiento de su calidad de vida. Es como si invariablemente los médicos no curasen o los abogados no protegiesen.
Hernando Bermúdez Gómez
Editor de Contrapartida, Novitas, Registro Contable, Vademécum
Tomado de Contrapartida – De Computationis Jure Opiniones
Número 5903, junio 14 de 2021