Los ingresos son los pagos en dinero o en especie que reciben las personas por la realización de una actividad o la prestación de un servicio. En el caso de las personas naturales el principal ingreso que perciben está dado por las remuneraciones laborales; los otros ingresos pueden generarse por las rentas de capital (por ejemplo, alquiler de un bien inmueble).
Los ingresos son los pagos en dinero o en especie que reciben las personas por la realización de una actividad o la prestación de un servicio. En el caso de las personas naturales el principal ingreso que perciben está dado por las remuneraciones laborales; los otros ingresos pueden generarse por las rentas de capital (por ejemplo, alquiler de un bien inmueble).
Los ingresos pueden clasificarse según su fuente de origen en ordinarios y extraordinarios. Los ingresos ordinarios, son aquellos que se generan en la realización de las operaciones normales de una empresa o por las actividades cotidianas de una persona; por ejemplo, las entradas de dinero recibidas por honorarios en una empresa de asesorías.
Los ingresos extraordinarios son aquellos que se generan por acontecimientos especiales, que están relacionados poco o nada con las actividades cotidianas de una persona o empresa. Un ejemplo de esto, es la venta de un activo fijo, en el caso de una empresa manufacturera, o el arrendamiento de un bien inmueble a un tercero por parte de una empresa comercial.
Para efectos tributarios, los ingresos pueden clasificarse en ingresos constitutivos de renta e ingresos no constitutivos de renta.
Los ingresos constitutivos de renta son los ingresos que recibe la persona o empresa en el desarrollo normal de sus actividades y que pueden representar aumentos netos en el patrimonio.
Los ingresos no constitutivos de renta son aquellos que no representan un incremento neto en el patrimonio de una persona u organización y por tanto no son considerados base para la aplicación de los impuestos establecidos por la ley.