La transformación financiera digital, una ambiciosa apuesta del Gobierno nacional y del sistema financiero que está permeando y beneficiando a miles de artesanos en el país.
Algunos resultados ya se pueden referenciar en algunos pueblos como Concepción (Antioquia) y Usiacurí (Atlántico).
Los pagos digitales están transformando los hábitos financieros de los colombianos. Han llegado para facilitar la vida y, en las actuales circunstancias, han ampliado la puerta de acceso a la población base de la pirámide permitiendo profundizar en el frente de la inclusión financiera, así como lo revelan las cifras.
Según el Reporte Trimestral de Inclusión Financiera, elaborado por Banca de las Oportunidades (corte a septiembre de 2020), en Colombia 11,4 millones de adultos tenían depósitos electrónicos, 7,1 millones cuentas de ahorro de trámite simplificado y 3 millones cuentas de ahorro electrónicas, datos sin antecedentes.
Estos resultados son, en buena parte, resultado de las estrategias del Gobierno nacional para enfrentar la crisis económica causada por el COVID-19, como es el caso del Ingreso Solidario y compensación del IVA, que han promovido la apertura y el uso de productos y servicios digitales entre miles de colombianos. Y aunque el mayor impulso de los pagos digitales se vio durante el último año, el impulso en este frente viene de tiempo atrás.
Así, el “primer día sin efectivo en Colombia”, realizado en 2015 en el municipio de Concepción (Antioquia) a manera de piloto, fue una iniciativa público-privada de gran escala que sirvió como antesala a la entrada de los ecosistemas de pagos digitales en el país. Este proyecto ha sido un paso que permitió unir los esfuerzos del Departamento Nacional de Planeación –DNP–, la Unidad de Regulación Financiera del Ministerio de Hacienda –URF–, la Superintendencia Financiera de Colombia, Asobancaria, Davivienda y Banca de las Oportunidades para hacer realidad el anhelo de tener una sociedad sin uso del efectivo.
En esta prueba a escala, acotada a los cerca de cinco mil habitantes de Concepción, se habilitó en un solo día una gama de múltiples transacciones y servicios digitales, desde compras de primera necesidad, pago de servicios públicos, pasajes terrestres, transferencias, recargas de minutos, hasta ofrendas en la iglesia.
Tras la implementación de ese proyecto, el Gobierno nacional y el sector privado han avanzado en el desarrollo de nuevos ecosistemas, inicialmente enfocados a nichos específicos como centros educativos, plazas de mercado y centros comerciales. Posteriormente se planteó la idea de seguir adelante con nuevas comunidades, como por ejemplo en los municipios con vocación artesanal.
En tal sentido, en 2018 Daviplata implementó una estrategia focalizada en los nueve mil habitantes de Usiacurí (Atlántico), conocido como el segundo municipio artesanal en Colombia por la elaboración de sombreros, accesorios para mujeres, cestos y muebles con palma de iraca, y que hoy vive y se beneficia de la cultura financiera digital.
Tal fue el éxito en este caso que Artesanías de Colombia estableció en 2020 una alianza con Daviplata, la cual incluyó además el compromiso del operador de telefonía móvil más grande del país para mejorar la conectividad en Sibundoy (Putumayo) y en Guacamayas (Boyacá), municipios donde se implementará el proyecto en el transcurso de este año, lo que será todo un hito pues los habitantes de estas poblaciones contarán por primera vez con robustos ecosistemas de pagos digitales. Este proyecto cuenta con el apoyo de Banca de las Oportunidades y las alcaldías municipales, entre otros aliados.
El Gobierno nacional continúa refinando la regulación para facilitar la inclusión financiera y la apertura de estos entornos en otras regiones del país. Un ejemplo de ello es el Decreto 222 de 2020, que simplifica y estandariza las reglas de juego de distintos productos digitales y crea la figura de la corresponsalía móvil y digital. De igual forma, el Decreto 1692 de 2020, que moderniza el sistema de pagos de bajo valor, es una normativa que se constituye en un 2.0 para los canales de acceso a más y más personas.
Es un hecho que el tejido de los ecosistemas de pagos digitales para los artesanos colombianos es una realidad y por ello resulta fundamental promover el desarrollo de las capacidades financieras en la población, a fin de generar confianza y fortalecer la consolidación de una cultura digital en los servicios financieros en todo el territorio nacional; lo que, en últimas, permite generar equidad y mayor desarrollo económico en las regiones, prioridades del Gobierno nacional.
Pablo Bolívar
Especialista en Inclusión Financiera de Banca de las Oportunidades