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Educación contable y desarrollo profesional: dos tareas que no se pueden aplazar

Se debe pensar en una formación profesional con criterios de calidad, según las expectativas profesionales que, permita responder a los requerimientos sociales.

Inquieta que en más de 70 años de existencia de la profesión no se haya reglamentado la supervisión de la experiencia profesional.

Fecha de publicación: 4 de agosto de 2021
Educación contable y desarrollo profesional: dos tareas que no se pueden aplazar
Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Se debe pensar en una formación profesional con criterios de calidad, según las expectativas profesionales, que permita responder a los requerimientos sociales.

Inquieta que en más de 70 años de existencia de la profesión no se haya reglamentado la supervisión de la experiencia profesional.

La contabilidad está en permanente transformación y, al estar relacionada con el derecho a la información, debe responder a las preocupaciones y necesidades mundiales al respecto.

Desde el punto de vista de José Obdulio Curvelo, decano nacional de la Facultad de Contaduría Pública de la Universidad Cooperativa de Colombia, para que la profesión contable responda a estos desafíos se requiere repensar tres aspectos: la educación, la agenda de desarrollo profesional y la reglamentación de los campos especializados del ejercicio profesional.

El planteamiento lo hace en su artículo Tres tareas impostergables para el desarrollo de la contaduría pública en el país, publicado en la separata especial por la conmemoración de los 25 años de la Contaduría General de la Nación.

Al abordar esta triada se deben tener en cuenta las vivencias como objeto de reflexión mediante la conciencia histórica. Por ello, quizás, este sea el momento cuando se requiera encarar, más que ideologías, la capacidad de respuesta de la profesión a la dinámica social, ambiental y de los negocios.

Para él, asumir la contabilidad como el centro del entorno para pensar el ejercicio de la profesión hace que los objetivos esenciales enunciados (educación contable, agenda de desarrollo profesional y reglamentación de los campos especializados) sean entendidos de forma interdependiente, atiendan al constructo teórico y al desarrollo del conocimiento en el área, y cumplan los requerimientos institucionales contemporáneos.

Es necesario destacar la construcción cultural propia que ha tenido la contaduría pública en el país.

Se resaltan las distintas cosmovisiones que se han ido apropiando, especialmente la confluencia multicultural que se dio a partir de la Constitución Política de 1991, los factores demográficos, las nuevas formas de hacer negocios y, entre otros, la convivencia con regulaciones internacionales y prácticas profesionales locales orientadas a grupos de pequeños negocios donde ha prevalecido el conservadurismo hacia sus costumbres mercantiles y tributarias.

Formación del profesional contable

Por su parte, en la academia se desarrolló una oferta de programas que consideraron aspectos relevantes y trascendentales para la formación del individuo.

En este punto se habla de la cualificación especializada, los ambientes de aprendizaje, el desarrollo de la investigación y la evaluación de los resultados de aprendizaje una vez terminada la formación académica.

“En este ámbito de la educación también inquieta que en más de 70 años de existencia de la profesión no se haya reglamentado la supervisión de la experiencia profesional”

Lo anterior implica una formación profesional con criterios de calidad acorde a las expectativas profesionales trazadas que permita responder a los requerimientos sociales.

Educación contable en deuda

En este ámbito de la educación también inquieta que en más de 70 años de existencia de la profesión no se haya reglamentado la supervisión de la experiencia profesional.

A la fecha no existen regulaciones ni orientaciones por parte de los organismos de la profesión que establezcan la necesidad de consultorios contables con capacidad técnico-administrativa y técnico-científica, y condiciones de habilitación para supervisar el desarrollo de las prácticas de los estudiantes.

Las condiciones de supervisión de la experiencia profesional, como eje del debate sobre educación contable, implican que tanto las autoridades en materia de educación superior que deben regular los resultados de aprendizajes, como el mismo Ministerio de Comercio, Industria y Turismo regulen los procedimientos y condiciones de inscripción de los consultorios contables y su habilitación para asegurar que la práctica profesional se obtenga en las condiciones establecidas en la ley que hagan parte del proceso formativo.

Junto a lo anterior, emerge la necesidad de establecer las condiciones de formación y de experiencia para ejercer en los campos especializados de la profesión.

La historia nos ha enseñado que es necesario establecer niveles de formación posgradual junto con la experticia y el fortalecimiento de los organismos de la profesión que realizarán la inspección y vigilancia.

Cambios en la función social de la contabilidad y la contaduría pública

Por lo anteriormente expuesto, la agenda de la profesión no se agota en verificar las normas, sino que implica una lectura crítica y amplia alrededor de los cambios importantes en la función social de la contabilidad y la contaduría pública.

También es necesario entender las nuevas ciudadanías y formas de hacer negocios, así como un tránsito innegable de los objetos de estudio de la contabilidad desde su concepción como ciencia de la gerencia de los datos hacia su concepción como herramientas para la toma de decisiones, lo cual, cada vez, gana más claridad con la sociedad digital y el desarrollo de la industria 4.0.

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