En la etapa de planeación, los auditores y revisores fiscales deben diseñar e implementar una estrategia global y un plan de auditoría, que les permitirá orientar la ejecución del encargo y la obtención de conclusiones para el informe final. Explicamos qué elementos deben contener.
“El párrafo 2 de la NIA 300 sobre la planificación de la auditoría de estados financieros requiere que, durante esta etapa, el auditor o el revisor fiscal elabore e implemente una estrategia global y un plan de auditoría”Tweet ThisEn la etapa de planeación, los auditores y revisores fiscales deben diseñar e implementar una estrategia global y un plan de auditoría, que les permitirá orientar la ejecución del encargo y la obtención de conclusiones para el informe final. Explicamos qué elementos deben contener.
El párrafo 2 de la NIA 300 sobre la planificación de la auditoría de estados financieros requiere que, durante esta etapa, el auditor o el revisor fiscal elabore e implemente una estrategia global y un plan de auditoría, los cuales deberán seguirse en el desarrollo del encargo de auditoría.
En este editorial nos enfocamos en los elementos que debe contener el primero de los documentos, la estrategia global de auditoría, para cumplir con los lineamientos requeridos en la norma.
La estrategia global de auditoría, según el párrafo 7 de la NIA 300, es un documento en el cual quedan plasmados, en términos generales, los principales aspectos del alcance, momento de realización y dirección del encargo de auditoría.
Para elaborar la estrategia global de auditoría, los miembros clave del equipo de auditoría o del revisor fiscal deben llevar a cabo una reunión preliminar con el cliente, con el fin de identificar y acordar los aspectos mencionados en esta NIA.
De acuerdo con la NIA objeto de análisis, la estrategia global de auditoría tiene los siguientes beneficios para el auditor:
Los elementos que deben incluirse en la estrategia global de auditoría se encuentran descritos en el párrafo 8 y en el anexo de la NIA 300. A continuación, los explicamos:
En este aparte debe indagarse sobre los siguientes puntos:
El auditor o el revisor fiscal deben acordar cuáles son los informes que se comprometen a entregar, y el plazo en qué deben hacerlo. Para ello deben determinarse:
El auditor o el revisor fiscal debe calcular la materialidad utilizando su juicio profesional, la información disponible sobre períodos anteriores, el riesgo de la entidad y su situación financiera. Generalmente, se establece en un porcentaje entre el 5 % al 10 % de las utilidades antes o después de impuestos, o entre el 0,5 % al 1 % de los activos o las ventas totales.
También es útil efectuar la comparación de la información del cliente respecto al promedio del sector al que pertenezca la empresa, y los presupuestos de la misma entidad, para evaluar desviaciones importantes en el desempeño financiero de esta última.
Cuando se trata de clientes con los que ya se tiene experiencia previa, el auditor o el revisor fiscal debe evaluar las cuestiones significativas que surgieron en el desarrollo de esos encargos y los resultados del informe de auditoría o dictamen del revisor fiscal.
En este aparte se incluye: