El control interno es un sistema conformado por un conjunto de procedimientos, reglamentos y normativa que, interrelacionadas entre sí, tienen por objetivo proteger los activos de la organización. Este sistema apoya la conducción de los objetivos de la organización, así como en el control e información de las operaciones.
El control interno es un sistema conformado por un conjunto de procedimientos, reglamentos y normativa que, interrelacionadas entre sí, tienen por objetivo proteger los activos de la organización. Este sistema apoya la conducción de los objetivos de la organización, así como en el control e información de las operaciones.
El control interno tendrá como objetivo brindar la mayor seguridad para la consecución de los objetivos de la entidad, a través de la correcta aplicación de los reglamentos, políticas y procedimientos establecidos por la alta dirección, quien, a su vez, debe actuar como un supervisor, para que dichos lineamientos sean cumplidos.
El control interno minimiza los riesgos por prácticas inadecuadas, adoptando medidas preventivas. De esta manera, su evaluación permite tomar acciones correctivas a tiempo, evitando pérdidas importantes a la entidad.
Es por lo anterior que, al implementar un sistema de control interno, se deben consideran los siguientes principios:
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