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Financiación, sinónimo de oportunidad para una buena gestión financiera

La financiación como oportunidad de la buena gestión financiera sirve como apoyo a las empresas que necesitan recursos para cumplir con sus objetivos misionales, sin necesidad de que estas disminuyan el volumen de activos que tienen y buscando que puedan obtener algunas ventajas tributarias.

Fecha de publicación: 7 de junio de 2017
Financiación, sinónimo de oportunidad para una buena gestión financiera
Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

La financiación como oportunidad de la buena gestión financiera sirve como apoyo a las empresas que necesitan recursos para cumplir con sus objetivos misionales, sin necesidad de que estas disminuyan el volumen de activos que tienen y buscando que puedan obtener algunas ventajas tributarias.

El término financiación abarca diferentes definiciones ya que existen muchas maneras de financiarse y estas surgen de diferentes fuentes. Entre las definiciones que más aportan a su entendimiento encontramos que la financiación se expone como una importante posibilidad en la inyección recursos a una compañía, una de las mejores opciones a la hora de obtener recursos con el fin de maximizar el valor de la empresa y una forma eficiente de apalancarse evitando incrementar el compromiso con los socios en caso de que sea una financiación a través de terceros.

Entre los diferentes tipos de financiación a los que puede recurrir una empresa están: los créditos de libre inversión, créditos de fomento, contratos de leasing, factoring, financiación por medio de divisas, los concursos y convocatorias, ángeles inversionistas, plataformas de financiación colectiva, emisión de bonos o acciones, entre otros.

¿Por qué optar por la financiación para obtener recursos?

Lo más importante de la financiación es el costo de oportunidad que esta genere para la compañía, es decir, se requiere que la financiación sirva para maximizar la rentabilidad, en ningún caso esta debe buscarse para desmejorar las condiciones de la empresa.

En muchos casos, el fracaso de las pequeñas y medianas empresas se da por la imprecisión con la que se toman decisiones, puede que en aras de mejorar su situación se busque apalancamiento financiero, pero no siempre las compañías evalúan si pueden responder a estas obligaciones a corto, mediano y largo plazo o si las tasas que ofrece el mercado u otras condiciones les son convenientes o no.

La evaluación que se realice de la empresa, de su posición en el sector y de los diferentes riesgos que esta puede tener en el presente y en un futuro previsible, es el primer insumo de información y el más importante a la hora de decidir, ya que este nos debe permitir obtener una visión general de las necesidades que enfrenta la empresa. Sin embargo, no solo debemos evaluar las necesidades sino también la forma en la que se pueda responder en un futuro por las obligaciones generadas en la financiación y si este apalancamiento no está cruzando los márgenes de riesgo que estén establecidos en el mercado. Atendiendo todo esto, para tomar una decisión definitiva podemos evaluar los resultados que obtengamos de los indicadores financieros y así escoger la opción que más rentabilidad nos genere a un menor riesgo.

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