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La planeación de auditoría. Lo que va de NAGA a NIA – Luis Raúl Uribe Medina

El auditor debe planear la realización de la auditoria de forma estratégica, pues, esto contribuye a minimizar los riesgos a un nivel aceptable dando como resultado el desarrollo de la misma de manera efectiva.

Fecha de publicación: 26 de octubre de 2016
La planeación de auditoría. Lo que va de NAGA a NIA – Luis Raúl Uribe Medina
Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Hemos señalado en varias oportunidades que una de las grandes diferencias entre NAGA y NIA es la planeación de auditoría, no tanto de forma, pues ambas normatividades la mencionan y consideran (NAGA en Colombia Ley 43/90 Art. 7º. y NIA 300,320 en armonía con la 200), la diferencia está en el fondo como lo plantea el colega Vladimir Martínez de  www.Auditool.com: “Entre estas es fundamental la planeación de la auditoría, puesto que en ella se definen tanto la estrategia como los recursos y tiempos con que se va a desarrollar el trabajo.”

“Ahora bien, de acuerdo con la NIA 300, la auditoría de estados financieros requiere de una planeación adecuada para alcanzar sus objetivos de la forma más eficiente posible. Debe tenerse en cuenta que no es posible efectuar una planeación detallada de algunos procedimientos si previamente no se conoce el resultado de algunos otros. Por tal razón, la planeación es dinámica y debe revisarse de manera continua y, de ser requerido, modificarse en tanto se supervise el trabajo ya efectuado.”

Según la NIA 300, el auditor debe planear el trabajo para que esta sea desarrollada de una manera efectiva. Lo anterior implica desarrollar una estrategia general y un enfoque detallado para la naturaleza, oportunidad y alcance esperados de la auditoría, ya que esto contribuye a minimizar los riesgos a un nivel aceptable. Planear una auditoría es un proceso continuo a lo largo de la misma.

Cabe mencionar que el grado de planeación puede variar de acuerdo con el tamaño de la entidad, la complejidad de la auditoría, la experiencia del auditor con la entidad y su conocimiento del negocio.

En la labor de planeación es fundamental adquirir conocimiento del negocio, puesto que ayuda en la identificación de eventos, transacciones y prácticas que pueden tener un efecto importante sobre los estados financieros. Antes de abordar de manera formal el proceso de una auditoría es necesario tener un buen conocimiento de la compañía que requiere los servicios de auditoría y hacer una evaluación de las condiciones existentes para definir si es posible brindar la prestación del servicio.

En ese sentido, el auditor debe contar con toda la información actualizada de la entidad, como: estados financieros, estatutos, certificado de Cámara de Comercio vigente, RUT, declaración de renta, principales operaciones, sedes, contratos, convenios, etc.

También es importante la información que se puede obtener a partir de fuentes externas como la página web de la compañía, información sectorial, consultas a través de internet, entidades de control, entre otras fuentes. En otras palabras, el auditor debe documentarse lo mejor posible para aceptar dicho encargo, todo dentro de la adecuada planeación de la auditoría. Esto ahorra tiempo, esfuerzos, evita duplicación de trabajos y hasta inconvenientes y malos entendidos con los clientes.