La NIA 580 trata de la responsabilidad que tiene el auditor de obtener manifestaciones escritas por parte de la dirección o los responsables de gobierno de la entidad; estas manifestaciones constituyen evidencia de auditoría para que el auditor alcance las conclusiones que requiere en su opinión.
La NIA 580 trata de la responsabilidad que tiene el auditor de obtener manifestaciones escritas por parte de la dirección o los responsables de gobierno de la entidad; estas manifestaciones constituyen evidencia de auditoría para que el auditor alcance las conclusiones que requiere en su opinión.
Como parte de la evidencia de auditoría el auditor puede solicitar manifestaciones escritas a la dirección o responsables de gobierno de la entidad; estas manifestaciones permiten que el auditor construya su opinión e informes. La falta de compromiso frente a la facilitación de las manifestaciones escritas por parte de la dirección o los responsables del gobierno es señal de alerta en tanto que supone la existencia de cuestiones significativas que no se quieren dar a conocer.
Son parte de los objetivos del auditor: obtener manifestaciones escritas relativas a la responsabilidad de la dirección y responsables de gobierno (cuando sea el caso) en la preparación e información contenida en los estados financieros; incluir evidencia de auditoría suficiente y adecuada sobre los estados financieros; y responder de modo adecuado a las manifestaciones escritas cuando considere que no se está obteniendo la información requerida.
En todo caso, la opinión del auditor no debe salir antes de que se hayan emitido las manifestaciones escritas ya que el auditor requiere conocer la información incluida en estas para apoyar su informe de auditoría.
Entre los requerimientos de la NIA 580 están algunas disposiciones sobre los miembros de la dirección a los que se le solicitan manifestaciones escritas; a continuación mencionamos algunas:
A parte de lo mencionado, el auditor puede solicitar manifestaciones relacionadas con los siguientes temas:
El auditor puede considerar el historial, los motivos, la capacidad y la intención de una entidad para solicitar manifestaciones escritas sobre casos específicos o situaciones concretas de los estados financieros: un ejemplo de esto es la intención de la entidad de obtener financiación. Cuando este es el caso, atendiendo las manifestaciones de la dirección se puede esclarecer la presentación y revelación de la información de los pasivos.
Visto lo anterior, es preciso de igual modo anotar que aunque las manifestaciones hacen parte de la evidencia de auditoría, no se las puede entender como supletorias de la información de los estados financieros, entre otras cosas, porque por sí solas no constituyen evidencia de auditoría suficiente y adecuada.
Una manifestación escrita debe presentarse en un modelo de carta dirigida al auditor, incluyendo la declaración de los aspectos solicitados por el auditor, la responsabilidad de la dirección (ver párrafos anteriores), y, en caso de que se requiera, afirmaciones concretas sobre aspectos relevantes de los estados financieros.
En caso de que el auditor detecte incongruencias en la información contenida en la manifestación escrita, o que considere que se está respondiendo con evasivas a los requerimientos realizados, puede realizar procesos de valoración de riesgo. Si finalmente el auditor considera que el nivel de riesgo frente a la inexactitud de las manifestaciones expuestas por la dirección es alto, o que la respuesta presentada no es la adecuada, a tal punto que puede afectar la labor de auditoría, puede renunciar al encargo, dejando una opinión al respecto.
Si ante estas situaciones la entidad desea adoptar medidas correctivas, el auditor puede continuar con el encargo, pero debe emitir su opinión modificada o con salvedades, dejando claridad de estas situaciones.