La NIA 580 describe la responsabilidad del auditor de obtener manifestaciones escritas por parte de la dirección o de quienes ejerzan el gobierno de la entidad, dado que estas constituyen la evidencia que requiere este profesional para la construcción de su opinión.
La NIA 580 describe la responsabilidad del auditor de obtener manifestaciones escritas por parte de la dirección o de quienes ejerzan el gobierno de la entidad, dado que estas constituyen la evidencia que requiere este profesional para la construcción de su opinión.
La evidencia de auditoría permite al profesional que ejerce esta labor solicitar manifestaciones escritas a la dirección de la entidad o, dado el caso, a quien ejerza el gobierno sobre la misma. Ante ello, tanto el auditor y la dirección adquieren un alto nivel de responsabilidad, puesto que al presentarse una falta de compromiso por parte de esta última al facilitar dichas manifestaciones pueden existir indicios o señales de alerta respecto a la existencia de hechos significativos o relevantes que no se quieran dar a conocer, y que por consiguiente pueden llegar a afectar el funcionamiento de la entidad, ante lo cual el auditor deberá prestar total atención.
En este sentido, en caso de que el auditor detecte incongruencias en la información contenida en la manifestación escrita, o que considere que se está respondiendo con evasivas a los requerimientos realizados, puede realizar procesos de valoración de riesgo; si este es alto, podrá incluso renunciar al cargo, manifestando en su opinión la insuficiencia de tales manifestaciones para llevar a cabo su labor de auditoría.