En este editorial exponemos diferentes aspectos relacionados con la depreciación y vida útil de los activos, entre los temas a tratar están: los métodos de depreciación, el cálculo del valor residual, la periodicidad de la revaluación y la depreciación de un activo bajo arrendamiento financiero.
En este editorial exponemos diferentes aspectos relacionados con la depreciación y vida útil de los activos, entre los temas a tratar están: los métodos de depreciación, el cálculo del valor residual, la periodicidad de la revaluación y la depreciación de un activo bajo arrendamiento financiero.
Teniendo en cuenta las inquietudes que nos hacen llegar los usuarios y la orientación que emite el CTCP en su Concepto 253 de marzo de 2018, a continuación, exponemos algunos lineamientos a tener en cuenta para el tratamiento contable de la depreciación de los activos.
La depreciación es la distribución sistemática del importe depreciable (costo del activo menos su valor residual) de un activo a lo largo de su vida útil. De acuerdo con el literal d) del párrafo 73 de la NIC 16, las entidades deben evidenciar en los estados financieros la depreciación de sus activos; para esto deben utilizar un método de depreciación.
El método de depreciación que se elija debe reflejar el patrón con el que se va a consumir el activo; al respecto, hay que tener en cuenta que los Estándares Internacionales mencionan que existen diferentes métodos de depreciación, entre los cuales están:
A pesar de que el párrafo 62 de la NIC 16 menciona tres métodos de depreciación, se debe entender que estos son a manera de ejemplo y que existen o pueden generarse diferentes métodos de depreciación: el motivo por el cual una entidad opta por un cierto método de depreciación, es porque este refleja cómo será consumido el bien.
Ahora bien, en el Concepto 253 se pregunta por la posibilidad frente a la utilización de un método de depreciación creciente en vez de uno de naturaleza decreciente, es decir, por la posibilidad de implementar un método donde se refleje que el activo será utilizado o consumido de forma progresiva desde el inicio de su vida útil hasta el final de la misma. Teniendo en cuenta lo mencionado en anteriores párrafos, esto puede ser posible siempre y cuando este método refleje como será consumido el activo. Cabe anotar que este tipo de medición generalmente no refleja de una manera adecuada cómo se depreciará un activo de propiedades, planta y equipo. Pero, si a pesar de ello, la empresa considera que refleja su realidad económica, podrá usarlo.
El cálculo del valor residual es necesario para hallar el importe depreciable de un activo, importe que se entiende como el resultado del costo del activo menos el valor residual. Por su parte, cuando se habla de valor residual o valor de salvamento, se hace referencia al importe que la entidad espera recibir al disponer del activo al término de su vida útil.
Por tanto, realizar el cálculo del valor residual es de carácter obligatorio. Sin embargo, como en la mayoría de activos muebles este valor suele ser insignificante, se podrá hacer uso de la disposición del párrafo 53 de la NIC 16 y mencionar que se considera que el valor residual en el activo es inmaterial.
Ahora bien, existen excepciones, como el caso de los bienes inmuebles cuyo panorama de análisis puede cambiar significativamente según la vida útil que se le establezca. Cuando se trate de un inmueble al que se la establezca una larga vida útil, 80 o 100 años, y no hay en el corto plazo ninguna intención de venderlo, la entidad debe depreciar completamente, pues al final de esa vida útil, aunque el inmueble puede estar en buenas condiciones, es probable que su valor como construcción sea muy bajo o incluso insignificante.
Ahora, si la entidad posee el mismo inmueble con una vida útil de 10 o 15 años, el valor residual puede ser más alto que el costo y por tanto el resultado de la depreciación será cero.
Con base en los lineamientos de la NIC 16 y la NIC 17, el arrendamiento financiero da lugar a un cargo por depreciación del activo depreciable y un gasto financiero en cada período. La depreciación del activo debe establecerse de acuerdo con los métodos de depreciación y las técnicas establecidas en la NIC 16, independiente de que el tiempo de duración del contrato sea menor que la vida útil del activo.
La única forma en la que el activo se deprecie en el plazo del arrendamiento es que se cumplan las siguientes dos condiciones:
La revaluación de un elemento de propiedades, planta y equipo debe hacerse con suficiente regularidad para tener certeza de que el importe en libros del activo refleja su realidad económica. Al respecto, surge la pregunta, ¿cada cuánto se deben realizar estas mediciones? A lo que debe responderse que la frecuencia se determina de acuerdo a las variaciones que experimenten los valores razonables del activo, y que, de acuerdo con el párrafo 34 de la NIC 16, si el valor razonable del activo tiene variaciones insignificantes, puede ser suficiente una revaluación cada 3 o 5 años, pero si el valor razonable del activo varía constantemente se requerirá una revaluación anual.