El período de prueba es el momento ideal para que tanto el trabajador y el observador definan si se cumple o no lo esperado; por un lado, el empleador podrá observar si su subordinado es apto para el cargo; por otro, el trabajador definiría si el cargo para el cual aplicó cumple sus expectativas laborales.
Por ejemplo: si un contrato a término fijo de 6 meses, en el cual el período de prueba correspondería a 36 días, es decir, la quinta parte del contrato, pero se estipula un período de prueba de 60 días, este sería ineficaz; por tanto, si el día 37 el empleador despide sin justa causa o sin escuchar en descargos al trabajador, deberá pagar la correspondiente indemnización.
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