Muchas empresas y comerciantes atraviesan situaciones económicas difíciles, pero no siempre la solución es la disolución y liquidación. La Ley 1116 de 2006 facilita la reorganización empresarial, tanto así, que es motivo de alago internacional.
De mucho, porque con la Ley 1116 de 2006 en caso de tener que llevarse a cabo una liquidación judicial, por el sistema que establece la Ley, se busca efectuar una liquidación pronta y ordenada de la empresa, buscando el aprovechamiento del patrimonio del deudor al máximo en beneficio tanto de los acreedores, pero también del deudor, por ejemplo, controlando los precios de venta de los activos del deudor los cuales deben ser vendidos a buen precio (avalúo comercial) y así no se perjudica los intereses de la empresa o empresario en liquidación.