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Régulo Millán Puentes: pionero de los contadores públicos y primer gran líder de la profesión – Carlos Humberto Sastoque

Fallece uno de los más destacados gestores para que el 18 de septiembre de 1956 se expidiera el Decreto-ley 2373, que reglamentó la contaduría pública colombiana y creó la Junta Central de Contadores

Régulo Millán Puentes: pionero de los contadores públicos y primer gran líder de la profesión – Carlos Humberto Sastoque
Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Régulo Millán Puentes nació en Chagüaní, Cundinamarca, el 18 de agosto de 1921. Fue, al lado del colega Aristófanes Soto Cruz –quien falleció el 31 de diciembre de 2015–, uno de los primeros contadores públicos titulados (graduado el 26 de agosto de 1954 en la entonces Facultad Nacional de Contaduría, que años más tarde se anexó a la Universidad Nacional de Colombia como Carrera de Contaduría Pública) y también uno de los grandes líderes de la profesión en las décadas de los 50, 60,70 y 80s.

Recién graduado en 1954 como contador público entró a formar parte del Instituto Nacional de Contadores Públicos de Colombia. Por no estar de acuerdo con los lineamientos que trazaron sus principales directivos se retiró de dicho instituto –al poco tiempo- y junto con los más ilustres contadores públicos autorizados y algunos de los titulados fundó la Unión Nacional de Contadores Públicos, que desde el primer momento se distinguió por su denodada lucha en pro de que la contaduría pública en Colombia fuera ejercida por contadores públicos colombianos.

A pesar de su juventud, fue uno de los más destacados gestores para conseguir que el 18 de septiembre de 1956 se expidiera el Decreto-Ley 2373, que reglamentó la contaduría pública colombiana y creó la Junta Central de Contadores (de la cual fue uno de sus primeros integrantes en el mismo año, presidente entre mayo y noviembre de 1958 y su secretario general posteriormente durante cerca de 25 años). Así mismo, fue actor fundamental para lograr que el 30 de diciembre de 1960 el presidente de la República firmara la Ley 145, ley que rigió nuestra profesión hasta el año 1990, año en que fue derogada por la Ley 43.

Con el C. P. Régulo Millán Puentes compartí muchas batallas en defensa de la profesión, trabajamos en llave en la Junta Central de Contadores, cuando hice parte de ella entre 1978 y 1980, y en 1986 cuando lo reemplacé temporalmente en su cargo de secretario ejecutivo de la misma. Aunque fueron varios los puntos de vista en los que no estuvimos de acuerdo, siempre mantuvimos constante y amigable comunicación, ante todo acerca de los problemas de la contaduría pública colombiana. Pero eso no deterioró para nada nuestra gran amistad.

Los contadores de la segunda mitad del siglo XX lo conocieron muy bien, lo apreciaron y lo admiraron por su esforzado y continuo trabajo en beneficio de la profesión y por su libro Historia de la contaduría pública colombiana, libro del cual hizo dos ediciones (la primera en 1975 y la segunda en 1990) y que tuvo gran acogida entre los profesionales y los estudiantes de contaduría pública.

En los años 90 decidió –como decía el finando colega Edgar Fernando Nieto Sánchez– “retirarse a sus cuarteles de invierno”. Pero hasta los últimos días de su vida estuvo al tanto de lo que sucedía con nuestra profesión y con alguna frecuencia participó en los primeros años del siglo XXI en foros y otros importantes eventos de la profesión en los cuales nos iluminó con sus orientadoras luces. La última vez que lo vi fue en 2015, cuando junto con otros ilustres líderes de la profesión (Aristófanes Soto Cruz, Roberto Angulo García, Otto José González Alonso, José Manuel Guevara Galvis, Efrén Danilo Ariza Buenaventura y José Dagoberto Pinilla Forero) recibió un merecido reconocimiento por haber sido parte del grupo creador del Día del Contador Público Colombiano.

El pasado jueves 19 de octubre de 2017, a los 96 años de edad, decidió tomarse unas vacaciones eternas. Por eso no lo volveremos a ver físicamente, pero sí lo tendremos por siempre en nuestra memoria y en nuestro corazón.

Para terminar este sencillo, pero sentido homenaje, a la memoria del maestro y líder que nos acaba de abandonar, le pido a su hijo, el colega Germán Millán R. y a todos sus familiares que acepten un mensaje de solidaridad en esta difícil e irremediable separación y que sigan recordando con cariño y admiración al siempre brillante contador público y líder gremial Régulo Millán Puentes.