En el universo del emprendimiento, las startups son empresas emergentes con alto potencial de crecimiento, que cuentan con un alto nivel de innovación en el producto o servicio que ofrecen y se apoyan en modernas tecnologías para mejorar su calidad y la forma de relacionarse con el cliente.
En los nuevos modelos de mercado es mucho más fácil darse a conocer al público por distintas razones: por las múltiples herramientas que brindan las nuevas tecnologías, por el alcance que estas tienen y por los bajos costos que representan versus otros tipos de publicidad. Por consiguiente, las empresas que deseen destacarse deben estar atentas a las nuevas tendencias para así marcar la diferencia en el sector y no surgir de la mano de un rezago tecnológico.
La competencia entre empresas en la actualidad es cada vez más agresiva, por lo tanto, el éxito de una organización se relaciona con la capacidad que tenga esta de afrontar diferentes cambios económicos y que la oferta de valor de su producto o servicio esté muy por encima de la de otras en el sector.
En el universo del emprendimiento, las startups son empresas emergentes con alto potencial de crecimiento, que cuentan con un alto nivel de innovación en el producto o servicio que ofrecen y se apoyan en modernas tecnologías para mejorar su calidad y la forma de relacionarse con el cliente.
Por lo general estas empresas tienen costos que, comparados con el de otras, resultan relativamente bajos y esto hace que su crecimiento a mediano y largo plazo sea mayor. Esto, anidado a las características que se mencionaron en párrafos anteriores, hace de las startups una excelente y atractiva opción para los inversionistas.
Por lo general, las fuentes de financiación a las que recurren este tipo de empresas no son los típicos créditos bancarios, recurren a otras figuras de financiación a través de inversión como los ángeles inversionistas, plataformas de comunidades que patrocinan proyectos y personas jurídicas o naturales que estén interesadas en invertir en capital de riesgo.
Como el mundo de los negocios es incierto, existen startups exitosas y otras que fracasan a los pocos meses de su constitución, aunque su modelo de negocio pueda resultar muy rentable y atractivo en el momento de la inversión inicial, por ello la inversión en este tipo de empresas se considera capital de riesgo.