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Tener carácter, base para el éxito y la independencia profesional (Segunda parte) – Otto González Alonso

En sintonía con estas palabras de Aristóteles “la excelencia moral es resultado del hábito”, en la medida en que construimos nuestro carácter, formamos nuestra moral y nos ejercitamos en la toma de decisiones construimos caminos hacia el éxito y hacia una vida equilibrada.

Tener carácter, base para el éxito y la independencia profesional (Segunda parte) – Otto González Alonso
Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

“La excelencia moral es resultado del hábito. Nos volvemos justos realizando actos de justicia; templados, realizando actos de templanza; valientes, realizando actos de valentía.”

(Aristóteles)

Mírate un momento en el espejo:

Yo mismo lo sufrí en más de una ocasión, en el silencio de la noche rumiaba la envidia, el egoísmo, escondía el fracaso, criticaba sin ningún fundamento, culpaba a los demás de mis errores, me preguntaba ¿por qué no me valoran?, ¿por qué no valoran mis ideas, mi experiencia, mis conocimientos, mis títulos?, ¿no merezco acaso nada?

En esa situación tan cómica pero tan realista, como en la caricatura popular, buscas siempre al culpable de tus fracasos en los otros y al no encontrarlo culpas al primer ser que te encuentras en tu camino, a tu mascota, por ejemplo, al perro de la casa (habrás visto esa calcomanía en más de un vehículo).

Perdona lo duro de mi planteamiento. No son muchos los que han formado su carácter, pero, todos podemos hacerlo. Siempre se trata de querer, de poner en marcha la voluntad, de observar: de mirar hacia dentro, de analizar por qué no te escucharon, por qué no te ascendieron, por qué perdiste ese negocio, por qué nunca llegas primero, por qué no te valoran, por qué te ignoran en todos los eventos. Se trata siempre de la vida, de reflexionar, de preguntarte a cada paso ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

Al hacerlo encontrarás que ni siquiera te creías capaz de confiar en ti mismo. Y así, ¿cómo ibas a lograrlo? Sin creer en ti, jamás podrás ser escuchado, lograr ese ascenso, realizar el negocio soñado o ser siempre el primero. No se trata de que infles tu ego, pues la soberbia será siempre un pésimo consejero. Lo mejor es mirar sin envidias ni resentimientos hacia aquellos que triunfaron y seguir con humildad su ejemplo.

Otra vez podemos echar mano de experiencias en el deporte, en las artes, en las finanzas, y en otras disciplinas que lo confirman. Veamos.

Colombia volvió a figurar en los Olímpicos gracias a Mariana Pajón, la joven ciclista a la que no le falta convencimiento de los que sabe, de sus virtudes, de sus valores. Ella compitió para triunfar, no para participar y triunfó. Otros como ella, desde niños, supieron qué querían, se prepararon y lo consiguieron: James Rodríguez al llegar al Real Madrid dijo: “He cumplido mi sueño”. También Falcao, “el tigre Falcao”, llegó al éxito. Nairo Quintana es ya un ciclista consagrado y podríamos citar más. Si quieres ver más que deportistas piensa en García Márquez (un día consideró que estaba preparado para escribir su gran obra, se encerró y solo descanso cuando parió “Cien Años de Soledad”. (Ver tercera parte)