Héctor Jaime Correa dice que en el tribunal disciplinario de la profesión los dignatarios son en su mayoría de la rama estatal y ni siquiera ejercen como contadores; mientras Carlos Cortés afirma que las asociaciones han tomado tintes políticos que deberían ser erradicados. ¿Usted qué piensa?
Héctor Jaime Correa dice que en el tribunal disciplinario de la profesión los dignatarios son en su mayoría de la rama estatal y ni siquiera ejercen como contadores; mientras Carlos Cortés afirma que las asociaciones han tomado tintes políticos que deberían ser erradicados. ¿Usted qué piensa?
Héctor Jaime Correa, vicepresidente de la Federación de Contadores Públicos de Colombia, afirma que infortunadamente nuestra profesión está muy atomizada y el Gobierno es el gran responsable, ya que quiere tener manejo exclusivo sobre la contaduría, y aplica la dictadura profesional.
“En el tribunal disciplinario de la profesión los dignatarios son en su mayoría de la rama estatal y ni siquiera ejercen la profesión. El Consejo Técnico de la Contaduría Pública está conformado por altos representantes de la academia, pero sin ninguna o poca experiencia en la práctica contable, y la mayoría representan a las multinacionales de auditoría o son nombrados por el gobierno nacional”, critica Correa.
Las normas que se expiden para la profesión son definidas por el Ministerio de Comercio, el de Hacienda y algunas superintendencias, sostiene Correa, y en muchos casos por abogados o contadores públicos que nunca ejercieron la profesión contable y, en su mayoría, desconocen cómo funciona.
“Por lo anterior es que los gremios de contadores públicos estamos amarrados y prácticamente trabajamos sin respaldo alguno, a lo que se suma la apatía casi total de más de 200.000 contadores públicos a nivel nacional”, indica Correa.
Para él, el panorama es hostil, pero asegura que, en lo que respecta al gremio de los contadores públicos, “seguimos luchando por esta digna profesión”.
Carlos Cortés, auditor forense, CEO de Global Forensic Auditing y fundador de la Asociación Internacional de Auditores Forenses, considera que actualmente las asociaciones han tomado tintes políticos que deberían ser erradicados en pro del ejercicio y desarrollo de la profesión.
“Considero que [deben] dejar de lado el tinte político que hoy las permea y que se enfoquen [en] la creación de desarrollos técnicos, éticos, de capacitación y de control para el gremio sería fundamental”, afirma Cortés.
También es partidario de la implementación de pruebas de actualización profesional. “Deberían hacer una prueba de saber cada año o dos años, como sucede en Estados Unidos, en donde los contadores son certificados periódicamente. Esta es una apuesta que a Colombia no ha llegado; pero eso obligaría a que el contador se mantuviera actualizado y bien formado”, enfatiza Cortés.
Además, en vista de los casos tan polémicos en los que contadores han resultado investigados o acusados, Cortés piensa que es necesario que las instituciones que rigen la profesión ejerzan su autoridad y apliquen las sanciones adecuadas.
“Hoy, queda un tufillo en el ambiente que nos deja una impresión de que pareciera que no hay vigilancia a la labor del contador”, opina Cortés.
En febrero de 2018, Wilmar Franco Franco, presidente del CTCP, aseguraba que en Colombia existían más de 234.000 contadores habilitados para el ejercicio profesional, y que anualmente se expedían 15.000 nuevas tarjetas; sin embargo, el número de contadores que participaban en una agremiación profesional era menor al 10 % del total. “Esto significa que existen más de 200.000 contadores a los que no les interesa la representación gremial, ya sea porque están dedicados a otras actividades o porque no desean participar en las discusiones de los temas relacionados con la profesión”, puntualizaba Franco en ese momento.
Para Franco se requiere una participación más activa de todos los contadores, ya sea que formen parte de una organización profesional o no, para generar los cambios y mejoras que requiere la profesión contable.