Los seguros de vida son un mecanismo que permite amparar situaciones difíciles sin llegar a comprometer las finanzas propias o de la familia. Su cobertura básica es la indemnización por el fallecimiento del asegurado. Sin embargo, las aseguradoras cuentan con gran oferta de coberturas adicionales.
Nunca es tarde para planificar las finanzas. La vida es una sucesión de metas y eventos financieros que necesitan de una hoja de ruta que defina cómo alcanzarlos durante un período de tiempo determinado. Aunque debe contar con un norte claro, esta guía debe ser capaz de adaptarse a las diferentes situaciones e imprevistos, como un gasto extra, el cambio o pérdida del empleo o una larga incapacidad.
La mayoría de las personas elaboran sus planes financieros en función del período de vida activo: ahorrar e invertir sin agotar el dinero para construir un patrimonio. Durante este proceso, mucha gente prescinde de la protección financiera que, para todos los casos, permitirá enfrentar los traspiés con resiliencia.
En términos prácticos, la protección financiera no es otra cosa que la prevención y la mitigación de los riesgos futuros; dentro de este rubro se encuentran los seguros. Es un error escalar financieramente sin protección, en cualquier momento puede ocurrir un hecho inesperado que obstaculice la continuación del proyecto de vida tal y como se tenía pensado. Por eso es fundamental adquirir un producto que cubra las necesidades y las contingencias, con el fin de continuar el camino sin mayores sobresaltos.
Los seguros de vida son un mecanismo que permite amparar situaciones difíciles sin llegar a comprometer las finanzas propias o de la familia. La cobertura básica de este tipo de seguros es la indemnización por el fallecimiento del asegurado; sin embargo, las aseguradoras cuentan actualmente con una gran oferta de coberturas adicionales que se ajustan al momento de vida de cada persona. Hoy las compañías de seguros se preocupan más por robustecer la oferta de amparos para disfrutar en vida que por causa del fallecimiento.
Aquí tres momentos de la vida que merecen contar con un seguro de vida:
Ser soltero no es ningún obstáculo para adquirir un seguro de vida. Por ejemplo, si los padres dependen económicamente del asegurado y ocurre algún contratiempo, ellos no quedarían desamparados.
Adicionalmente, en las familias con menores de edad, los padres buscarán proteger la educación y el sostenimiento de los niños.
Adquirir un seguro de vida es la mejor manera de disfrutar una temporada de descanso sin ninguna preocupación.
Johanna Valderrama Casas
Asesora de Comunicaciones de Banca de las Oportunidades