Procesos fiscales se vuelven más ágiles y fiables al eliminar la necesidad de tramitar o archivar documentos físicos e instituir documentos electrónicos.
Crisis sanitaria llegó en un momento en que los fiscos ya cuentan con documentos fiscales electrónicos, y sistemas de monitoreo y control fiscal.
Procesos fiscales se vuelven más ágiles y fiables al eliminar la necesidad de tramitar o archivar documentos físicos e instituir documentos electrónicos.
Crisis sanitaria llegó en un momento en que los fiscos ya cuentan con documentos fiscales electrónicos, y sistemas de monitoreo y control fiscal.
En el blog del Banco Interamericano de Desarrollo –BID– se destaca la importancia de la factura electrónica y los servicios virtuales como aliados de la continuidad de los negocios.
El artículo La factura fiscal electrónica y los servicios virtuales apoyan la continuidad de negocio en Brasil durante la pandemia del COVID-19 ilustra la experiencia del país sudamericano.
«Desde hace un tiempo, las administraciones tributarias de los estados brasileños se han modernizado para ofrecer servicios virtuales a los contribuyentes con el propósito de hacer viable el funcionamiento de la economía y el cumplimiento de diversas obligaciones fiscales», indica.
Como resultado, se ha reducido la necesidad de trasladarse personalmente a las oficinas de recaudo federales o a las secretarías de hacienda estatales y municipales, facilitando así la vida de los contribuyentes.
«Estos servicios virtuales se vuelven más importantes en virtud del avance de la pandemia del COVID-19, la cual lleva a una menor movilidad de las personas y aumenta la importancia del trabajo remoto», agrega.
En el artículo se reseña que parte del cambio que se está viviendo en Brasil lo constituyen los documentos fiscales electrónicos disponibles exclusivamente por internet, tales como la factura fiscal electrónica, la factura fiscal del consumidor electrónico y el sistema público de contabilidad digital.
Estos documentos electrónicos permiten el envío virtual de todas las informaciones fiscales y contables desde las empresas al fisco. Al eliminar completamente la necesidad de tramitar o archivar documentos físicos y al instituir un conjunto de documentos cuya existencia es exclusivamente electrónica, sugiere el BID, los procesos fiscales se vuelven más ágiles y fiables, transformando la relación entre el fisco y el contribuyente.
«Este cambio fue posible gracias a la reglamentación nacional que atribuyó a la firma digital garantía de autenticidad e integridad, así como a los documentos en formato electrónico», indica el BID.
«La crisis sanitaria actual llegó en un momento en que los fiscos ya cuentan con documentos fiscales electrónicos, informaciones sobre las operaciones del contribuyente, y sistemas de monitoreo y control fiscal. Estos instrumentos permiten, por un lado, la previsión de la recaudación con base en las operaciones llevadas a cabo en tiempo real y, por el otro, aumentan el control de posibles desvíos», indica.
Queda claro que el factor que más impacta la recaudación es la actividad económica, fuertemente afectada por la pandemia. No obstante, los documentos fiscales electrónicos y los sistemas automatizados minimizan los impactos de la crisis sobre la recaudación al permitir el funcionamiento de los fiscos, incluso cuando el trabajo se lleva a cabo de manera remota.
La implementación de la factura electrónica generó cambios significativos en la cadena logística entre empresas, distribuidores y transportistas, ya que es emitida en tiempo real y vincula simultáneamente a todos los actores.
«En la práctica, la factura fiscal electrónica se volvió el eje entre las diferentes etapas desde la compra hasta la entrega del producto al consumidor final. Es esa transformación tecnológica la que ha permitido que el e-commerce funcione, incluso en este contexto en el que las unidades de atención presencial de las unidades hacendarias están cerradas», concluye el artículo.