Los asalariados harán parte de un nuevo régimen de pago planteado por la reforma tributaria según sus ingresos. Más de 100 bienes y servicios gravados con IVA, la gasolina y las bebidas azucaradas son algunos aspectos que afectarán la economía de los colombianos.
Los asalariados harán parte de un nuevo régimen de pago planteado por la reforma tributaria según sus ingresos. Más de 100 bienes y servicios gravados con IVA, la gasolina y las bebidas azucaradas son algunos aspectos que afectarán la economía de los colombianos.
Tras la presentación del proyecto de reforma tributaria estructural, puede concluirse que la clase media será la más afectada y los asalariados harán parte de un régimen de pago de impuestos para cubrir un hueco fiscal que crece cada vez más.
Se espera que para el 2017 el recaudo de renta crezca a 7 billones de pesos, y que en 2022 esté cercano a los 27 billones. Lo anterior incluye el mantenimiento del gravamen del 4 x 1.000, que sería desmontado solo a partir del 2019.
Rosario Córdoba, miembro de la Comisión de Expertos para la Equidad y la Competitividad Tributaria, aprueba la medida de no subir más impuestos a las empresas, aunque, por consiguiente, los $12 billones de meta de recaudo para la reforma tributaria deban provenir de las personas naturales, como los asalariados.
“Esta reforma tributaria debe buscar modificar la estructura tan desigual que hay dentro del recaudo de impuestos en Colombia: el 68% de los tributos lo pagan 3.441 empresas y los restantes 332.825 negocios solo aportan el 18%. Asimismo, las personas naturales solo representan el 14% de los ingresos tributarios de la nación cada año. Es una situación sumamente ineficiente, de hecho es la composición inversa a lo que presentan los países de la OCDE, en donde los ciudadanos representan más de la mitad del recaudo”, afirma Córdoba.
Sin embargo, Iván Daniel Jaramillo, investigador del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, dice en El Espectador que: “el asalariado promedio colombiano no tiene ingresos de más de $1’500.000, por lo que si se baja el umbral y se les pone a tributar, se estaría reduciendo el poder adquisitivo a una población a la que no le queda mucho espacio para ahorrar cada mes. Además, estamos hablando de gravar a cerca de 9 millones de asalariados, de manera que se trata de un choque de ingresos que repercutirá en la economía colombiana por medio de menos consumo”.
Ningún ciudadano podrá escapar del IVA. Su tasa general pasará de 16% a 19%, lo que recaerá sobre el consumo, aunque no se gravarán los productos básicos de la canasta familiar. Además, a cerca de 100 bienes y servicios de uso frecuente para los colombianos, como el café, el azúcar, el chocolate o las pastas, que mantienen un IVA del 5%, se le agregaron otros productos, como las revistas y periódicos.
La reforma aumenta la base de contribuyentes. Por ejemplo, respecto al impuesto de renta de las personas naturales, este cubrirá a 500.000 colombianos más, con ingresos mensuales superiores a 2,7 millones de pesos, para sumarse a los 2,2 millones que ya son declarantes del impuesto de renta y que ahora aportarán tributos con incrementos progresivos, según su nivel de ingresos.
Se verán afectados 11,2 millones de dueños de vehículos y, por ende, usuarios de gasolina, ya que a este producto se le agregaron dos nuevas cargas: por contaminación con gas carbónico y otro impuesto de apoyo al Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles. El cálculo inicial supone que se pagarán $135 más de lo que hoy cuesta un galón de este combustible.
Los usuarios de bebidas azucaradas también verán afectado su bolsillo. Quien hoy compre una gaseosa de 2,5 litros, que en promedio cuesta $3.900, el próximo año deberá pagar $4.650 por el mismo producto, pues la reforma propone un impuesto de $300 por litro.