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Auditorías remotas: ¿qué hacer para que la evidencia obtenida en el teletrabajo sea confiable?

Los auditores deben considerar que los procedimientos de auditoría se apliquen de forma remota.

Hay esfuerzos para fortalecer las herramientas tecnológicas e implementar el teletrabajo.

Es clave determinar si los medios de selección de elementos sobre los que se realizarán las pruebas serán eficaces.

Fecha de publicación: 12 de noviembre de 2020
Auditorías remotas: ¿qué hacer para que la evidencia obtenida en el teletrabajo sea confiable?
Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Los auditores deben considerar que los procedimientos de auditoría se apliquen de forma remota.

Hay esfuerzos para fortalecer las herramientas tecnológicas e implementar el teletrabajo.

Es clave determinar si los medios de selección de elementos sobre los que se realizarán las pruebas serán eficaces.

Cándida E. Muñoz Martínez, miembro de la Asociación Interamericana de Contabilidad –AIC–, indica que la evidencia de auditoría es la base que sustenta la opinión del auditor, y se plantea el siguiente interrogante: ¿cómo obtener evidencia suficiente y adecuada en tiempos de teletrabajo? La respuesta la plantea en su artículo La evidencia de auditoría en tiempos de teletrabajo, publicado por la AIC.

Entre las Normas Internacionales de Auditoría –NIA– que hacen referencia a la evidencia están las 500-599 Evidencia de auditoría. Explica que las NIA son muy claras al establecer que la evidencia de auditoría debe ser:

  • Suficiente: medida cuantitativa que depende de la valoración del riesgo.
  • Adecuada: medida cualitativa que respalda las conclusiones para la opinión del auditor.

«La evidencia de auditoría comprende la información que sustenta las afirmaciones, y también la información que la contradice (NIA 500). Se puede obtener al aplicar procedimientos de verificación, análisis, revisión, reejecución, confirmaciones de terceros, informes de analistas y datos de referencia, que permiten determinar la congruencia y concordancia entre los registros contables y los estados financieros», explica Muñoz Martínez.

El reto tecnológico de los auditores en medio de la pandemia

Ante la posibilidad de contagio por el COVID-19, el aislamiento que originó y el hecho de que muchos profesionales tuvieron que trabajar desde casa de forma remota, los auditores tuvieron que analizar rápidamente las opciones que tenían disponibles para obtener la evidencia suficiente y adecuada que redujera el riesgo de expresar una opinión inadecuada de los estados financieros, ante la posibilidad de incorrecciones materiales por fraude o error, teniendo en cuenta las circunstancias actuales.

Por varios meses no era una opción trasladarse a las oficinas del cliente para realizar los procedimientos de auditoría planificados.

«El compromiso ético y el cumplimiento de los elementos del sistema de control de calidad de las firmas movieron a los auditores a realizar todos los esfuerzos necesarios para adquirir o fortalecer las herramientas tecnológicas de las cuales se disponía, para implementar el teletrabajo», dice Muñoz Martínez.

“los esfuerzos se centraban en determinar el hardware, software e internet requeridos para iniciar o continuar los trabajos de auditoría bajo esta modalidad”