La estrategia del Ministerio de Hacienda está orientada a no presentar una nueva reforma tributaria en el corto plazo, ni subirles los impuestos a los colombianos. Con el marco fiscal de mediano plazo se buscan ingresos adicionales con la venta de algunos bienes públicos y racionalizar los subsidios.
La estrategia del Ministerio de Hacienda está orientada a no presentar una nueva reforma tributaria en el corto plazo, ni subirles los impuestos a los colombianos. Con el marco fiscal de mediano plazo se buscan ingresos adicionales con la venta de algunos bienes públicos y racionalizar los subsidios.
El 13 de junio de 2019, durante la presentación del marco fiscal de mediano plazo 2019 –MFMP–, el viceministro de hacienda, Luis Alberto Rodríguez, afirmó que Colombia tiene ingresos tributarios por debajo del promedio de la OCDE y de América Latina, pero se necesitan otras reformas; y una de ellas no es precisamente una futura reforma tributaria que, como muchos expertos piensan, habría que discutirla para el 2020.
Por lo anterior, los cambios que se avecinan a mediano plazo no serán tributarios, sino que vendrán de la mano de recursos representativos, sin necesidad de mover las tarifas en los impuestos. “Pagar las sentencias judiciales, que suman 30 billones de pesos, con un TES, es una medida pequeña que nos da 1,5 % del PIB en 10 años”, dijo Rodríguez a los medios de comunicación. Las sentencias acumulan un interés anual de usura del 30 %, mientras que en el otro escenario se pagaría al 5 % de esos 30 billones, explicó el ministro de hacienda Alberto Carrasquilla.
La hoja de ruta del MFMP se basa en cuatro puntos: apostarle al crecimiento económico; despejar el panorama fiscal; mejorar la eficiencia y la focalización del gasto; y aprovechar los beneficios de la Ley de financiamiento, la factura electrónica y el fortalecimiento de la Dian.
Desde el punto de vista de Carrasquilla, vender algunos bienes públicos es otra fuente de ingresos, que daría entre 15 y 20 billones de pesos para el próximo cuatrienio. A partir de lo anterior, para 2019 se prevé contar con 6,3 billones gracias a las primeras privatizaciones.
El Gobierno también busca ponerle la lupa al tema de los subsidios, que se llevan 9 puntos del PIB anualmente; se piensan racionalizar para disponer por lo menos de 1,5 % del PIB en los próximos 10 años.
Como lo habíamos nombrado anteriormente, expertos tributaristas y las mismas calificadoras de riesgo (Moody’s y Fitch Ratings) han puesto sobre la mesa la posibilidad que en 2020 se discuta una nueva reforma tributaria, ya que los recursos que se recogerían con la Ley de financiamiento no alcanzarían.
Según el MFMP, para la vigencia 2020 se contemplan desembolsos por 40.612 millones de pesos (3,6 % del PIB), los cuales estarán distribuidos en un 74 % de fuentes internas (30.130 millones de pesos) y un 26 % de fuentes externas (10.482 millones de pesos).
El endeudamiento interno se compone de: i) subastas por 23.000 millones de pesos ii) operaciones con entidades públicas por 5.000 millones de pesos y iii) emisiones de TES por 2.110 millones de pesos destinados al pago de otras obligaciones. Por su parte, el endeudamiento externo contempla bonos en el mercado internacional de capitales por 1.750 millones de dólares y créditos con la banca multilateral y otros gobiernos por 1.600 millones de dólares.
De igual manera, se pagarán obligaciones por 7.660 millones de pesos, en línea con los compromisos contemplados en el PND 2018 – 2022. De estos, 1.100 millones de pesos corresponden al pago de sentencias en mora, 4.700 millones de pesos al pago de seguridad social en salud del régimen contributivo, 1.200 millones de pesos al pago de seguridad social en salud del régimen subsidiado y 660 millones de pesos al pago de obligaciones a cargo del Fomag.